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Creada en 2009 por María Cabal (@miss_cultura), esta web se consolidó como un referente cultural durante más de una década. En 2018, se decidió renovarla por completo y darle un nuevo nombre para reflejar con mayor claridad mi pasión por la cultura en todas sus facetas. Hace unos años se unión al equipo Inés Díaz Arriero aportando su visión y amor por la LIJ Aquí encontrarás un espacio dedicado a nuestra pasión por la cultura, con reseñas honestas y respetuosas de libros, películas y series (entre otras cosas), entrevistas a autores y artistas, crónicas de eventos y mucho más. Colaboramos con editoriales, productoras e instituciones para ofrecerte lo mejor del panorama cultural. Todo lo que hacemos es por amor al arte y a la cultura. ¡Gracias por acompañarnos en este viaje! Equipo: Inés Díaz Arriero: Especialista en Literatura infantil y juvenil. Realiza reseñas y algunas entrevistas literarias LIJ. María Cabal: Especialista en cultura. Alberto Juarez: Especialista en cultura. Diseño: Logo: @Arandanity Ilustraciones: @ReiRei_Mv Web y blog desarrollado por: Lovelogic (Gabriela)

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Opinión de las líneas discontinuas de Anxos Fazáns: la calidez de un abrazo bien dado

Bea es una mujer de 50 años que se está separando de su marido. El día en el que tiene que abandonar el hogar en el que ha vivido los últimos veinte años llega a su casa y se encuentra todo patas arriba y a uno de los ladrones dormido en su cama. Denís es un chico trans de 28 años que, a pesar de haber estudiado una carrera, lucha con la precariedad laboral y la falta de oportunidades. Después de pasar tres días juntos, cada uno deberá continuar su camino.















Las líneas discontinuas (As liñas descontinuas) de Anxos Fazáns me ha reconfortado el alma. Es una película luminosa y verdaderamente humana. Bea (Mara Sánchez) y Denis (Adam Prieto) se baten en un duelo de miradas preciosas que ilumina cualquier habitación y juntos empiezan a desplegar sus alas en un baile cauteloso y etéreo que no quieres que termine nunca.
Soy fan de esos encuentros fortuitos y locos con personas que pueden durar unos minutos, unas horas o unos días, pero que te hacen tambalear y ponen patas arriba tu mundo.
Denis (Adam Prieto) y Bea (Mara Sánchez) crean una sinergia mágica, incluso cuando existe un mutuo desconcierto entre ambos, o cuando esas miradas silenciosas se van desvaneciendo para tomar el pulso a las palabras que necesitaban salir.
Anxos Fazáns ha hecho algo que adoro y es hacer que conecte desde el segundo uno con esta historia y que rompa radicalmente mis expectativas.
Empieza con un tono alocado e irónico, pero lentamente, la película empieza a respirar de manera distinta, tratando temas más profundos e inspiradores.

Para mí, la ciudad de Berlín que tantos quebraderos de cabeza le da a Denis, es una metáfora de la reconstrucción personal que ha empezado de dentro hacia fuera y esa ciudad que no solo le haría conectar con el arte que lleva dentro, sino con su pasión: la música.
Y, Lola, creo que necesitaría un viaje como el que se está pensando Denis. Ambos personajes, de manera natural, tejen una melodía orgánica donde se van fundiendo sus anhelos, sus miedos y un entendimiento mutuo maravilloso.
Lola vive con el pánico de pasar página, está anestesiada, o simplemente, la cruda realidad la asusta, hasta que, de una manera preciosa, Denis la pone frente al espejo para que se mire y encuentre el coraje de escuchar su voz cantando de nuevo. Pero, este, sutilmente, la enfrenta a un espejo donde ella se había negado ser reflejo y ser la protagonista de su propia historia.

Me resulta difícil de creer que  líneas discontinuas  sea el debut de Adam Prieto, ya que viendo como se desenvuelve frente a las cámaras no lo parece. Ha encontrado su propio lenguaje y una voz distinta a la que estoy acostumbrada a ver en la gran pantalla.
La naturalidad de sus expresiones, de sus silencios, incluso la manera en la que formula las preguntas, va desarmando al espectador que cae rendido a sus pies. Ver actuar a Adam es un espectáculo fantástico.
La conexión entre el personaje de Bea y Mara Sánchez es tan profunda y magnética que la distinción entre ambas se borra. 
Toda esta película es un huracán emocional que, a través de diálogos sencillos en apariencia, desencadena un torbellino de vibraciones intensas, las cuales, nos golpean constantemente.
Hay personas que son esa serendipia inesperada, están destinadas a aparecer en algún momento y poner nuestra vida patas arriba. Estos encuentros para mí son esenciales para mostrarnos algo que por nosotros mismos no veíamos. Hay personas que llegan de manera inesperada y son ese reflejo de nuestros mayores anhelos y deseos que habíamos dejado aparcados en un rincón de nuestro corazón.

Esta película toca muchos temas de manera desordenada en un primer momento para luego ir colocándoles en el lugar que les corresponde de forma fluida y espontánea. Me gustan los diálogos ácidos, con un toque de una dulzura intrínseca. Adoro los personajes que emprenden un viaje de autodescubrimiento, mostrándose a sí mismos lentamente, mientras el espectador les acompaña emocionado en esta travesía.
Más allá de Bea y Denis, la trama se enriquece con personajes secundarios que aportan esa frescura que adoro en cualquier producción; estos actúan como catalizadores esenciales en el destino de los protagonistas.
Aunque, siendo honesta viendo a Mara y Adam, te quedas obnubilada mirándoles y el resto se van desvaneciéndose.
Siento que cuando una película, libro u obra de teatro me enamoran y no me dejan dormir, las palabras se me quedan atascadas en los dedos y tengo la sensación de que todo queda desordenado, puesto que lucha por salir atropelladamente. También, creo que me dejo muchas cosas en el tintero, pero no sé cómo expresarlas.
Pero, si algo tengo claro, es que es de mis películas favoritas del 2025. 


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