Ambientada en la década de 1950 en Londres, la película sigue a Williams, un veterano funcionario enterrado bajo el papeleo de la oficina mientras la ciudad se reconstruye después de la II Guerra Mundial. Al recibir un demoledor diagnóstico médico, vacía su cuenta de ahorros y se dirige a la costa. Se promete hacer de sus últimos días un tiempo significativo, pero se percata de que no sabe cómo hacerlo. Después de que un misterioso desconocido lo lleve a salir por la ciudad, Williams se siente intrigado por una joven compañera de trabajo que parece poseer la vitalidad que él había perdido. Con la ayuda de su optimista colega, Williams pone todo su empeño en hacer feliz, de un modo sorprendente, a su entorno.
-ESTRENO 4 DE ENERO-
Un Bill Nighy espectacular para una película sencilla, bonita y delicada. Una mirada diferente a ese cine que da paz, quietud y al mismo nos hace reflexionar. Living nos habla de ese despertar tardío, de esa inquietud, de ese pasado que pesa más que el presente. Es que Living es Bill Nighy e viceversa. Este actor me encanta, pero verle en esta producción y ver como habla con sus ojos, pero cuando habla la presencia que tiene, ¡Wow!
He adorado esos créditos iniciales y finales de Living, me he enamorado de esos colores o esas paletas que cambian según avanza la producción y según vemos como Mr Williams se despierta de su letargo.
Hace siglos que no me sentaba a ver una película con tanta alma, tan calmada, tan silenciosa y tan bulliciosa.
Me he centrado en Bill y en lo que he sentido al verla, pero Miss Margaret y Peter Wakeling han hecho mis delicias. Sin esperármelo, Aimee Lou Wood y Alex Sharp han sido ese aire fresco, ese empujón y esa voz que necesitaba Mr Williams para abrir los ojos. Sus actuaciones me han gustado muchísimo, hasta me han hecho sonreír. ¿Quién iba a decir que estos dos jóvenes fueran tan especiales?
Podría decir que es una película de zombies emocionales, de personas sin ambiciones, de personas que siguen la corriente, puede ser.
Os diré que Living es una forma bonita y preciosa de recordar y ser recordado, por esa acción que cambió la vida de muchas otras personas.
Es una película de personajes y los escenarios son secundarios, pero en algunos instantes, son lugares especiales los que hacen de Living esa escena perfecta o esa canción que te pone los pelos de punta.
No sé lo que me esperaba de esta película, pero todo lo que puedo decir de ella...es poco.
Hacía siglos que no estaba atenta a cada detalle, a cada diálogo, a cada gesto, etc.
Living está ambientada en los años 50, pero la trama es como si estuviese viendo algo de la actualidad, no dista mucho de esta época a la actualidad.
Es muy duro ver o saber que no te queda mucho tiempo y que el tiempo que tienes, como que se te escapa de las manos y no has hecho nada o es lo que crees. Así que es un homenaje a esas personas que se despiertan y empiezan a vivir, aunque sea tarde.
Un elegante homenaje a la muerte y al miedo de no ser recordados.
Esta película es asombrosa y os va a gustar mucho. Me encantaría saber que ocurre con los personajes pasados los años, aunque me puedo hacer una idea.
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