Emilia se ha embarcado en una misión para vengar a su amada hermana, una que la ha llevado a viajar a los siete círculos y a vender su alma para convertirse en la reina de los Malditos, con el enigmático príncipe de la Ira a su lado. Pero ¿cuál es la primera regla de la corte de los Malditos? No confíes en nadie. Porque cuanto más reside Emilia en el infierno, ese seductor mundo lleno de vicios, más claro ve que nada es lo que parece. Incluso Wrath, su antiguo aliado, puede guardar secretos sobre su verdadera naturaleza. Y Emilia pronto se encuentra atrapada entre Wrath y su aún más perverso hermano, el príncipe del Orgullo, rey de los demonios.
Emilia se las verá con cortesanos traicioneros, palacios lujosos, galas deslumbrantes y pistas contradictorias sobre lo que realmente le sucedió a su hermana, mientras lleva a cabo una misión para descifrar los misterios de su propio pasado y encontrar las respuestas que tanto anhela.
Siempre y cuando no tenga que pagar por sus pecados primero…
*Traducción de Estíbaliz Montero Iniesta.
CONTIENE SPOILERES DE EL
REINO DE LOS MALDITOS
Los siete círculos del infierno parte
exactamente desde el momento en el que dejamos a nuestros protagonistas al
final del primer tomo.
Emilia y Wrath acaban de descender al infierno
(literalmente), pero aún deben recorrer un duro camino hasta la casa de la Ira,
donde Emilia se alojará a espera de nuevos acontecimientos que le permitan
avanzar en la investigación del asesinato de su gemela.
A lo largo de las páginas de esta segunda novela de la
trilogía, acompañamos a Emilia mientras explora el infierno. No solo se pasea
por los diferentes terrenos de la Casa de la Ira, sino que también visitará
otros círculos y sus respectivos pecados, claro.
Porque Emilia no está en el infierno de viaje de placer (o,
bueno, no solo eso). Emilia tiene un plan y está dispuesta a hacer todo lo que
esté en su mano para cumplirlo y descubrir de una vez por todas qué le pasó a
su hermana y quién o qué fue el culpable.
Pero las cosas empiezan a complicarse enseguida, pues los
secretos sobrevuelan todo lo que Emilia toca. Pistas ambiguas, antiguas
mentiras, secretos, maldiciones, historias que se confunden con leyendas, dudas…
Hasta que nuestra protagonista empiece a dudar incluso de sí misma. Y es que…
¿quién es ella en realidad?
Por supuesto, mientras Emilia intenta avanzar en su plan sin
sucumbir a ninguno de los pecados por el camino, todavía tendrá mucho tiempo
para continuar con sus ya conocidos tira y afloja con Wrath. El nivel de tensión
(en todos los sentidos que te puedas imaginar) entre ellos ha subido unos
cuantos escalones y a punto están de quemarse, no solo ellos, sino a todo el
infierno.
Aunque esta tensión ha crecido de manera radical desde el
anterior tomo, para mi gusto, el ritmo de la trama ha decaído de manera casi
directamente proporcional. Tenemos muchas escenas en las que saltan chispas
entre los protagonistas, pero al asunto del misterio del asesinato de Vittoria
le cuesta muchísimo avanzar. No es hasta los capítulos finales cuando despega
por completo, adquiere la agilidad del primer libro y por fin me enganchó gracias
a las nuevas revelaciones que desde luego marcarán el desarrollo del último
tomo.
No obstante, para los lectores que disfruten de las descripciones
de escenarios, ropa y comida, supondrá todo un deleite, pues Kerri Maniscalco
no escatima en detalles de ningún tipo a la hora de mostrarnos los lujos y excesos
que rodean el reino de los Malditos. Esa sensación que no tuve de libro
introductorio con el primero, sí que la he tenido durante la mayor parte de
este segundo.
Los siete círculos del infierno ha sido un
segundo tomo de trilogía algo lento, en el que destacan la configuración del
mundo en el que se desarrolla la historia y la conflictiva relación de los
protagonistas, por encima de la trama principal de intriga que prometía la
primera parte. Con un final de infarto, eso sí.
—Opinión de Inés Díaz Arriero—
No me termina de llamar esta vez así que lo dejo pasar.
ResponderEliminarBesotes!!!