Ya hace tiempo que vivo rodeado de algunos monstruos.
Y está bien, lo entiendo, cada uno tenemos los nuestros, ya me he acostumbrado (más o menos) a convivir con ellos.
Pero acabo de descubrir que algunos monstruos que creía desaparecidos para siempre pueden de nuevo llamar a tu puerta.
Literalmente.
Y, como todas las visitas incómodas, no sabes cuando llegan... ni mucho menos cuándo se irán.
Sigo a Alfonso Casas desde hace siglos en su cuenta de Instagram y siempre me siento identificada con todo lo que ilustra y todo lo que cuenta acerca de miedos, de sentimientos, etc.
En febrero del 2021 pude leer el libro que publicó y que se llamaba Monstruosamente. La reseña la podéis leer AQUÍ
Cuando supe que sacaría un nuevo libro y que podéis comprar AQUÍ supe que tenía que tenerlo si o si.
En mi caso os confieso que tengo miedos, dudas, inseguridades y ansiedad. Es verdad que estos miedos que se van tienden a regresar y tenemos que aprender a vivir con ellos y a compartir espacio, tiempo, etc.
Las orejas al lobo es una novela gráfica de 64 páginas y muchos/as me diréis ¿en tan pocas páginas le da tiempo a profundizar? si y a narrar todo lo que Alfonso nos quiere contar e ir más lejos.
Me he emocionado, ya que la trama principal o la causa es la ruptura, la idealización de alguien, perderse a si mismo y nuestra esencia, etc.
Todos hemos pasado por ese duelo y por todo lo que Alfonso nos ilustra y cuenta, pero hace tiempo que no veía tanta sinceridad o hace siglos que alguien no decía en voz alta lo que pensaba y cómo me he llegado a sentir.
El autor mete el dedo en la llaga o en la herida, pero lo hace para que nos pongamos frente al espejo, nos miremos y despertemos de ese letargo. Quiere que nos reconciliemos con nuestro "yo" perdido y encontremos esa forma de volver a mirar la vida "antes de".
No es un libro de autoayuda, pero no es una novela gráfica al uso, puesto que conforme avanzas en la lectura y miras a los monstruos de frente vas sintiendo un montón de cosas en tu interior.
Adoro las ilustraciones de Alfonso Casas, puesto que son muy originales, todas parecen que cobran vida frente al lector y los diálogos que crean con el personaje principal son muy divertidos, porque es lo que suelo decir a mis monstruos en el momento en que regresan a mi vida.
Sé que me tengo que querer un poco más y mirar las cosas con diferente perspectiva, pero en muchas ocasiones es muy difícil y lo que puede ser algo pequeño, pues se convierte en algo grande.
Me hubiese gustado que en el colegio o en el instituto me hubiesen preparado para la vida y para las emociones. Me he caído y me he vuelto a levantar muchas ocasiones, pero leer a Alfonso Casas es de gran ayuda y de gran reflexión.
Una lectura más que recomendada.
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