Publicada originalmente en 1998, el mensaje de esperanza y resistencia frente al fanatismo de esta profética novela es más relevante que nunca. En 2032, tras perder su hogar y su familia, Lauren Olamina estableció una pacífica comunidad en el norte de California, basada en su fe recién fundada: Semilla Terrestre. En ella ofrece refugio a los marginados y perseguidos por la administración de Jarret, un presidente ultraconservador que promete «hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande». En una nación cada vez más peligrosa y dividida, la subversiva colonia de Lauren, una facción religiosa minoritaria dirigida por una joven mujer negra, se convierte en un objetivo del reinado de terror y opresión de Jarret. Años después, Asha Vere lee los diarios de su madre, Lauren, a la que nunca conoció. Buscando respuestas sobre su propio pasado, trata de reconciliarse con el legado de una madre atrapada entre la familia y la vocación de guiar a la humanidad hacia un futuro mejor. Con el trasfondo de un continente devastado por la guerra y un cruzado religioso de extrema derecha en la presidencia, la novela explora temas como la alienación y la trascendencia, la violencia y la espiritualidad, la esclavitud y la libertad, la separación y la comunidad en el quebrado —y escandalosamente familiar— mundo de 2032.
· Traducción de Silvia Moreno Parrado.
[Puede
contener spoilers de La parábola del sembrador]
En este segundo tomo de la serie Parábolas, Octavia
Butler nos sitúa a principios de la década de los años treinta del siglo
XXI. Un futuro que quizá todavía parece lo bastante lejano, pero que en
realidad no lo está tanto. De hecho, muchas de las calamidades que plantea ya
están pasando: cambio climático, crisis energéticas, fascismo totalmente aceptado
en los discursos políticos…
Mientras el mundo sigue destruido, la comunidad
de Bellota, que nació con el final del anterior libro, ya está asentada. Se presenta como un lugar más o menos seguro, donde todas las
personas dispuestas a convivir en armonía son bienvenidas. Quienes viven allí
cooperan para educar a los niños, cultivar la comida, cocinar, mantener las
casas en buen estado e incluso comenzar a comerciar con los pueblos vecinos.
Cada miembro de la comunidad contribuye de un modo u otro para mantener el
bienestar de todos.
Y en el centro de todo está Semilla Terrestre, la religión
fundada por Lauren Olamina, en la que dios es cambio, colaboración, enseñanza,
progreso… y todo ello es a su vez moldeable y está en manos de todos. Olamina
sigue considerando que la misión de Semilla a largo plazo es conseguir que los
seres humanos enraícen en las estrellas. Ella está convencida de lo que está
haciendo, de aquello en lo que cree, pero a la vez deja ver las dudas que le
rondan por la cabeza y las posibles fisuras de su credo.
Fuera de la comunidad de Bellota, el discurso fascista del candidato de ultra derecha que parece que será elegido nuevo presidente de los EEUU está ganando
terreno a marchas forzadas. En torno a él han surgido grupos de «Cruzados» que
se dedican a reeducar a todo aquel que consideran que se ha salido del rebaño
de la «religión verdadera», construyendo campamentos que no son más que campos
de concentración y esclavización. Y, por supuesto, Semilla Terrestre, como
secta pagana, estará en su punto de mira.
La parábola de los talentos está planteado
como un libro creado por Asha Vere, la hija de Lauren Olamina, en el que recopila
amplios fragmentos de los diarios de su madre de los años 2032 a 2035, además
de pequeños textos escritos por su padre, y añade breves anotaciones propias, a
través de las que analiza, puntualiza y reflexiona acerca de lo que fueron sus
vidas y de lo que para ella significa el legado familiar de Semilla Terrestre.
Como ya sabíamos porque la conocimos de adolescente, Lauren
Olamina es de todo menos un personaje perfecto. Es compleja, tiene un montón de
contradicciones que no oculta, es vulnerable y es fuerte, es compasiva, es egoísta,
es inteligente y comete errores, es segura y está llena de dudas. Es un
personaje complejísimo y ahora su hija trata de comprenderla, de encontrar en
ella las respuestas a tantas preguntas que se ha planteado a lo largo de su vida
y de, quizá, en última instancia, reconciliarse con su pasado.
Aunque parece ser que Octavia E. Butler había
planteado estos libros como una trilogía, murió antes de poder escribir el
tercer tomo, por lo que la historia de Lauren Olamina y Semilla Terrestre acaba
aquí. De todos modos, la trama queda perfectamente cerrada.
Con La parábola de los talentos, Octavia Butler me ha
vuelto a dejar con la cabeza funcionando a mil por hora. Me resulta terrorífico
reconocer tantos aspectos de actualidad en una novela catalogada como distopía
futurista. Es una lectura que mete el dedo en la llaga, que provoca, que hace
reflexionar, que duele por dentro. No es una lectura fácil, ni cómoda, aunque
sí por completo apasionante.
Tengo claro que tengo que leer a esta autora, que veo muy buenas reseñas de sus obras. Me gusta el aspecto crítico que señalas. Tendré que buscar el anterior libro.
ResponderEliminarBesotes!!!