Polly O’Keefe se marcha a pasar una temporada con sus abuelos cuando descubre inesperadamente que las fuerzas místicas que rodean el terreno en que se erige su antigua granja la llevan a un tiempo tres mil años anterior al suyo. Entonces, Polly se encuentra con asombro en un paisaje envuelto por relámpagos, neblina, una tierra temblorosa bajo sus pies… y un grupo de jóvenes armados con lanzas que se dirige hacia ella.
¿Qué es lo que ha causado que se abra esta puerta del tiempo y traslade a Polly a la prehistoria de los druidas? ¿Podrá volver al presente antes de que esa puerta se cierre y la abandone entre un grupo de personas que ve en el sacrificio humano la única respuesta a sus problemas?
Con esta última parte de El Quinteto del Tiempo, Madeleine L’Engle cierra de manera magistral una de las series de fantasía juvenil más influyentes de todos los tiempos.
*Traducción y notas de
José Manuel Moreno Cidoncha.
Bueno, llevamos ya con este cinco tomos de El
Quinteto del Tiempo y quizá suene repetitiva pero… ¡qué MARAVILLA!
En Un momento favorable, nuestra
protagonista es una de las hijas de Meg y Calvin. Polly se ha ido a pasar una
temporada con los abuelos Murry, con intención de tomarse un respiro de su vida
y seguir estudiando desde casa. Pero lo que no se imaginaba era que fuera a
llegar un invitado inesperado… y mucho menos, que fuera a abrirse una puerta
que la llevase a tres mil años antes de su propio tiempo.
Desde ese primer encuentro con el pasado remoto, Polly se
verá envuelta de manera irremediable en una aventura que mezcla dos pueblos en
conflicto por las tierras más fértiles, la amenaza de un sacrificio humano, un
corazón en mal estado, druidas, un perro protector, una serpiente inofensiva,
la promesa de una diosa y un montón de sentimientos que no entienden de
barreras temporales. ¿Podrá regresar a casa antes de que sea demasiado tarde?
En este último tomo de la serie, Madeleine L’Engle volvió a combinar fantasía y realidad, ciencia y
religión, para ofrecernos una aventura extraordinaria, sorprendente y cargada
de temas, problemas y reflexiones muy interesantes.
Me resulta muy complicado en una reseña, que debe ser breve,
hacer un análisis de esta novela, pues hay tantísimos detalles que me gustaría
comentar, que podría hacer casi mi TFG de esto (y ahora me guardo la idea para
el futuro), pero por mencionar solo algunas de las cosas que más me han llamado
la atención, me gustaría destacar:
En primer lugar, el tema de la religión (de las religiones)
me parece que está tratado de un modo formidable. Me resultó muy curioso que
precisamente sea un obispo jubilado quien desencadena la trama y quien defienda
que los viajes en el tiempo son algo real. Este hecho, que a primera vista
puede parecer contradictorio, se mantiene a lo largo de toda la novela,
convirtiéndose básicamente en respeto. Las distintas creencias (y
escepticismos) de unos personajes y otros se toleran sin entrar en conflicto,
sin poner unas por encima de las otras o negar la validez de las que no son las
propias, aceptando que simplemente son diferentes. A esto también se añade la dupla ciencia-teología que ni se repelen,
ni se estorban. De hecho, es significativo que el obispo y su hermana sean los
mejores amigos de los abuelos Murry, científicos reputados ambos.
Me han gustado muchísimo las reflexiones sobre los
prejuicios hacia los humanos del pasado, a los que se suele denominar como
«salvajes». Polly, una joven inteligente, empática y observadora, extrapola
alguna de las prácticas de los pueblos antiguos a otras actuaciones más
cercanas en su propio tiempo, llegando a la conclusión de que en ciertas cosas
no hemos avanzado tanto y tal vez somos un poco más «salvajes» de lo que
pensamos.
Pero en este caso, si tuviera que quedarme con una sola cosa,
sería con los personajes. Me ha dado mucha nostalgia reencontrarme con viejos
conocidos de la familia Murry, pero también me ha gustado muchísimo conocer a
los nuevos. Todos ellos están tan bien hechos, son tan complejos… que es muy
fácil coger cariño a unos y rabia a otros. Además, los hilos que se crean entre
ellos, a pesar de las diferencias de sus costumbres, del lenguaje y de,
evidentemente, los años que los separan son tan fuertes que incluso me ha dado mucho
pena despedirme de varios de ellos (de otros no tanto, la verdad).
En general, creo que Un momento favorable es el broche de oro para esta serie, pues además de recoger en un solo tomo la esencia de cada uno de los cuatro anteriores, está salpicado de «Easter eggs» que nos conectarán inmediatamente con escenas concretas o con personajes que conocimos en otros momentos a lo largo de la serie.
Como todo lo bueno se acaba, lamentablemente, esta serie
también llega a su fin. Yo ya no me atrevo a decir lo de «este tomo se ha
convertido en mi favorito» porque voy a acabar pareciendo una farsa y seguramente
si los vuelvo a releer me volverá a pasar lo de ir cambiando de preferido… Así
que mejor me quedo con todos en conjunto, con las fantásticas aventuras que he
podido vivir de la mano de los distintos miembros de la familia Murry, con los diversos
lugares y tiempos a los que he podido viajar y con la cantidad de temas,
reflexiones y problemáticas atemporales que me ha planteado Madeleine L’Engle a través de sus
páginas. Imprescindible para los amantes de la literatura juvenil, la fantasía
y la ciencia ficción.
Qué bueno cuando una serie sabe mantener el nivel y sabe enganchar libro tras libro.
ResponderEliminarBesotes!!!