Tras la muerte del padre, un reconocido comerciante de libros antiguos, Carlota hereda una valiosa biblioteca que esconde más de lo que enseña y que ha sido objeto de deseo por parte de coleccionistas, libreros y bibliotecarios de medio mundo. Con la ayuda de Marta, su pareja y profesora de lenguas clásicas, Carlota intentará descifrar los misterios que encierra esta particular y envenenada herencia, en la que todavía habitan como fantasmas las ilusiones y los secretos más íntimos del padre; ajustará cuentas con su pasado y, al mismo tiempo, se verá forzada a tomar decisiones capaces de cambiar tanto el rumbo de la literatura española como el grosor de su cuenta corriente y la solidez de sus convicciones.
Un libro de ficción sobre libros de verdad que revela con afilada ironía la hipócrita naturaleza de los patrimonios culturales, introduce al lector en el universo de los libros antiguos y de la industria que los rodea, y ahonda en el enigmático origen del Lazarillo de Tormes, sobre el que Carlota encontrará inquietantes indicios ocultos en la biblioteca de su padre.
Carlota ha perdido a su padre de manera prematura y no solo ha
heredado su inmensa biblioteca, sino también todos los fantasmas que hay
encerrados entre las páginas de los libros y un oficio de librera que ni
quiere, ni le interesa mantener.
Desde el primer momento en el que pone el pie en esa nueva
realidad, Carlota comienza a descubrir que, aunque siempre había convivido con
aquella colección de libros como si fueran un miembro más de la familia, en
realidad no sabía casi nada de ellos y, lo que es peor, quizá tampoco conocía a
su padre tan bien como creía.
Carlos Clavería
Laguarda cede su pluma a esta protagonista para que nos cuente su historia,
utilizando un recurso que me ha parecido muy interesante pues nos convence de
que es la propia Carlota quien ha escrito el libro que tenemos entre las manos.
La herencia de Carlota es una novela sobre libros y literatura,
en la que nos introducimos en el complejo mundo de los libros antiguos, de la
compra-venta, del coleccionismo y de los «chanchullos» en torno a todo esto,
que está claro que los que lo vemos desde fuera no comprendemos del todo bien,
por mucho que amemos los libros.
Además de incluir una crítica a ciertos aspectos que se
esconden detrás del negocio del patrimonio cultural y del uso político de la
cultura, también nos pica el gusanillo de la curiosidad en torno a los orígenes
de El lazarillo de Tormes.
Me ha gustado la forma en la que la protagonista narra la
trama, pues en un principio parece igual de desconcertada de lo que lo estaba
yo mientras leía, y poco a poco va atando cabos, comprendiendo y descubriendo
verdades de lo más sorprendentes. Durante la lectura, en muchas ocasiones,
pensaba que no tenía ni idea de lo que estaba leyendo, iba bastante
desorientada… pero en un momento dado, todo empieza a encajar y el desenlace me
resultó muy inesperado.
También me ha gustado mucho el personaje de Marta, la pareja
de Carlota, una apasionada de la literatura y la filología, que se deja
arrastrar por la curiosidad y no se rinde hasta localizar el dato preciso que
está buscando.
La herencia de Carlota ha sido una lectura compleja en torno a
una biblioteca en la que los libros esconden mucho más de lo que aparentan, con
bastante intriga y una red de «mafiosos» dispuestos a cosas insospechadas por
lograr sus objetivos. Para amantes de los entresijos ocultos tras el mundo del libro, los apasionados por la literatura y los aficionados a las historias que te descolocan para luego sorprenderte.
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