Solnit nos ofrece un nuevo e indispensable repertorio de ensayos que analizan diferentes cuestiones como por qué la historia del silencio está indisolublemente ligada a la historia de la mujer, o por qué los niños de cinco años prefieren prescindir de los juguetes rosas. También escribe sobre hombres que son feministas y hombres que son violadores, rehuyendo cualquier tipo de pensamiento estereotipado. En esta nueva colección de textos, Solnit continúa su exploración de las relaciones de género actuales con su habitual astucia y humor. La madre de todas las preguntas es un libro importante y alentador desde la perspectiva decididamente feminista de la autora de Los hombres me explican cosas, sobre y para todos los que cuestionan las identidades de género y abogan por un mundo más libre. Sus escritos, cargados de inteligencia y fuerza, hablan del derecho a no responder lo que no queremos, del silencio impuesto a las mujeres durante siglos, de las mujeres que se niegan a ser silenciadas, de las violaciones y la violencia misógina, o incluso de los referentes masculinos en el canon literario occidental, desde una perspectiva de género.
*Traducción de Lucía
Barahona.
Rebecca Solnit es
una escritora estadounidense y colaboradora habitual de la revista Harper's Magazine. Además es activista y
ha participado en numerosas campañas en defensa del medio ambiente y de los
derechos humanos, temas sobre los que también escribe.
En este caso, en La madre de todas las preguntas, la
autora nos ofrece una serie de ensayos en torno a las mujeres de todo tipo, a
las relaciones de estas mujeres con el entorno (muchas veces hostil por el mero
hecho de ser mujeres), a sus aliados y a sus enemigos.
El libro está dividido en dos grandes bloques y, a su vez,
en varios ensayos, once en concreto. A simple vista es un librito pequeño, con
poco más de cien páginas, pero por dentro está cargadito hasta arriba de
información y reflexiones valiosas, interesantes y, en algunos casos, muy agudas.
En el primero, el más extenso y uno de los más interesantes
para mí, hace un exhaustivo recorrido a lo largo de la historia del silencio,
de los distintos tipos de silencio, de las diversas causas por las que alguien
es silenciado, implícita o explícitamente. Analiza el silencio de las personas
a las que no se les permite hablar, pero también muchos otros tipos de
silencio, porque lo que nos deja claro en este texto es que el silencio es
mucho más que no hablar: es esa razón por la que alguien no habla, lo que se
dice porque es lo «aceptable» aunque no sea lo que se quiere decir, el tono en
el que se habla, las palabras que se eligen, las reacciones que se reciben, las
respuestas obligadas a preguntas no deseadas…
«El silencio es el océano de lo que no se ha dicho, de lo inmencionable, lo reprimido, lo erradicado, lo nunca oído. Rodea las islas dispersas formadas por aquellos a los que se les permite hablar, y por lo que puede decirse y por quién escucha. El silencio ocurre de muchas formas y por muchas razones (…)».
En el resto de los ensayos, los temas van variando, aunque
siempre girando en torno a personas (sobre todo mujeres, porque la historia del
ser humano es así) que han sido silenciadas de algún modo. Habla sobre
violaciones, procesos judiciales injustos, respuestas artísticas a estas
injusticias, falsos estereotipos arraigados desde hace siglos, discriminaciones…
El estilo de la autora es ameno, fuerte e inteligente, pero
lo que más me ha fascinado es cómo maneja la ironía fina al hablar de
determinados aspectos. Yo creo que hay veces que la única forma de responder a
algo a todas luces absurdo es a través del sarcasmo bien empleado y Solnit demuestra su maestría en el tema
cuando, por ejemplo, analiza un documento sanitario en el que se explican los
riesgos de embarazo no deseado en relación con el consumo de alcohol por parte
de las mujeres (aparentemente
sin ningún otro factor que participe en el proceso) o cuando responde a un
artículo de una revista masculina en el que recomendaban los libros que todo
hombre debe leer, para ser más hombre, supongo.
También me ha gustado que, aunque se centra en la realidad
de Estados Unidos, no se limita a un solo tipo de protagonista. Las personas
que aparecen en sus ensayos son de todo tipo: mujeres (sin discriminar a ningún
tipo de mujer), hombres que son violadores,
hombres que son aliados feministas, niños, estudiantes universitarios,
políticos, artistas… por lo que nos ofrece un espectro muy amplio de realidades sobre los seres humanos (en especial sobre mujeres y otros grupos
reprimidos) y sus relaciones con el entorno. Es imposible no sentirse
identificada o reflejada en muchos momentos de la lectura, lamentablemente.
La madre de todas las preguntas ha sido una lectura
enriquecedora, que además, por su estructura de compilación de ensayos, me ha
permitido irme deteniendo al finalizar cada texto para reflexionar, para
comentar e incluso para buscar más información sobre ciertos temas.
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