OPINIÓN DE ANTES DE QUE TODO SE ROMPIERA DE RUTH IBÁÑEZ

Antes de que todo se rompiera es una novela juvenil, protagonizada por adolescentes y dirigida a ellos. Aunque también puede resultar muy interesante para profesores, padres y cualquier otro lector que disfrute con la literatura juvenil.

Esta novela nos habla de un montón de temas que resultan transcendentales a esa edad en la que se deja de ser niño pero todavía queda un rato para convertirse en adulto: del deseo de encajar en un grupo a toda costa, del despertar sexual, del ansia de independencia y las responsabilidades que eso conlleva, de feminismo, de respeto, de libertad para ser uno mismo, de amor, de prejuicios, de diversidad… Y todo ello a través de una historia amena, de un fin de semana entre amigos en una casa en el campo y sin padres.

Cuando comencé a leer Antes de que todo se rompiera, sabía algunos detalles de ella, pero no conocía la sinopsis, ni tenía muy claro qué me iba a encontrar en su interior. Reconozco que me sorprendió, porque me imaginaba una historia muy distinta a juzgar por el título y la portada.

Nos encontramos con diez adolescentes, que podrían estar ahora mismo en cualquier instituto de cualquier ciudad, sentados en clase deseando que suene el timbre que anuncia su libertad. Tienen dieciséis años, están agobiados por los exámenes, por el futuro, por todas las decisiones que van a tener que tomar durante los próximos dos años y uno de ellos propone pasar un fin de semana en la casa que su familia tiene en el campo: sin padres, sin normas y con mucho alcohol. Todos aceptan, por supuesto, y se ponen en marcha. Durante ese fin de semana se conocerán mejor (a los demás y a ellos mismos), se redescubrirán, tratarán de impresionar, se desatarán a tope… hasta que un suceso lo destruye todo y los obliga a hacerse mayores de golpe. Será en este punto cuando cada uno demuestre quién es de verdad y cómo está dispuesto a afrontar las consecuencias de lo que están viviendo.

Antes de que todo se rompiera es sin duda una novela de personajes. ¡Y qué personajes! Para mí este es el punto fuerte de la novela, porque Ruth Ibáñez Ámez no solo habla a los adolescentes de temas que les preocupan, sino que los habla a través de personajes que son como ellos, que son realistas, que hablan como ellos (los diálogos me han fascinado), que se salen del papel de lo auténticos que son. Me ha gustado mucho cómo están construidos, porque aunque en un principio parece que cada uno representa un «cliché», a medida que se avanza en la lectura van desvelando que están formados por muchísimas capas y que son mucho más que lo que dejan ver en las primeras páginas, solo hace falta tiempo para irlos conociendo (como a cualquier ser humano). Además, creo que las personalidades y apariencias de cada uno no están elegidos para nada al azar e incluso alguno de ellos sirve para poner a prueba al lector acerca de sus propios prejuicios y dar un golpe en la mesa al final (no digo más porque no quiero hacer spoilers, pero probablemente cuando lo leáis lo entenderéis).

La forma de narrar de la autora es ágil, directa, sensible cuando tiene que serlo, cruda cuando la escena lo requiere e incluso es capaz de introducir detalles que obligan a sonreír.

Mis cinco estrellas.

—Opinión de Inés Díaz Arriero—