El martes 19 de septiembre a las 20:30 tenía una cita con el compositor y cantante brasileño: Paulo Novaes.
Peor Para El Sol fue el sitio elegido para dar un concierto pequeño e íntimo. El local se sentía como mi casa y el lugar al que bajamos para escuchar a Paulo creaba una atmosfera perfecta para esta noche casi otoñal en Madrid.
Paulo empezó a capela, con solo su voz como instrumento y nos dejó hipnotizados a los presentes. Imaginaros el escenario: El lugar acogedor, con el músico como si fuese uno más de los asistentes, las luces que acompañaron a Paulo en esta primera toma de contacto con la gente, el ambiente con todas estas personas que no querían estar tomando fotos constantemente y grabando: Querían dejarse llevar por la música.
Paulo Novaes cantó canciones de sus anteriores trabajos y de su nuevo proyecto, el cual, tiene mucho que ver con las raíces del país de Brasil. Nos contó que había viajado al norte de su país y convivió con un pueblo indígena fascinante, de esta experiencia nos deleitó con dos canciones llenas de vida, de sonidos únicos y de texturas invisibles, pero que estaban allí.
También, nos invitó a sumergirnos en dos sambas y muchas imágenes del país se apoderaron del lugar...
Fue un viaje hipnótico con un gran artista. Hace tiempo que no sentía la música como ayer. Es decir, estaba acostumbrada a ir a los conciertos de grupos y de artistas de pie, saltando, masificados y con los que terminaba agotada. Para ir a un concierto en el que me sentí tranquila y desde hace mucho tiempo, sentí amor por la música.
Hacia 4 años que no iba a ningún concierto, pero entre el Covid, la endometriosis y que tanta gente me deja ko, como que era reticente. Creo que Paulo Novaes hace algo mágico, y es hacer que la música cobre vida y hacer que te toque el alma.
Conocí a Paulo de casualidad y no pude parar de escuchar Madrid- Lisboa. No escuché nada más de él y al llegar a Peor Para el Sol y empezar a cantar junto a su guitarra fue una gran sorpresa.
Hay personas que llevan la música a otro nivel, es decir: No solo se suben a un escenario, cantan y adiós. Hay personas como Paulo Novaes que, con sus anécdotas, carisma y sus letras vivas, hace que te vuelvas a enamorar de la MÚSICA y de todo lo que conlleva esta palabra.
Es un gran poeta, de verdad. De camino a casa y cuando llegue estuve escuchando detenidamente las letras de alguna de sus canciones y las metáforas, mensajes y vivencias que se esconden en esas melodías son un gran tesoro.
En algunas canciones éramos el público y él. Fue tan generoso que nos hizo cantar, nos hizo ser parte de su banda y fue un gesto precioso.
Me había olvidado de lo que era disfrutar de un concierto, sin pantallas y sin distracciones.
Por más conciertos pequeños, íntimos y por más artistas como Paulo.
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