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Creada en el 2009 por María Cabal, nuestra web ha sido un referente cultural durante más de una década. En 2018, decidimos renovarla y darle un nuevo nombre para reflejar nuestra evolución. Aquí encontrarás un espacio dedicado a nuestra pasión por la cultura, con reseñas honestas y respetuosas de libros, películas y series (entre otras cosas), entrevistas a autores y artistas, crónicas de eventos y mucho más. Colaboramos con editoriales, productoras e instituciones para ofrecerte lo mejor del panorama cultural. Todo lo que hacemos es por amor al arte y a la cultura. ¡Gracias por acompañarnos en este viaje! Equipo: Inés Díaz Arriero: Especialista en Literatura infantil y juvenil. Realiza reseñas y algunas entrevistas literarias LIJ. María Cabal: Especialista en cultura. Alberto Juarez: Especialista en cultura. Diseño: Logo: @Arandanity Ilustraciones: @ReiRei_Mv Web y blog desarrollado por: Lovelogic (Gabriela)

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ENTREVISTA A PABLO DEL RÍO (POR DOCE ABUELAS)

 

Pablo del Río (1964, Palencia) es licenciado en Filosofía por la Universidad Autónoma de Madrid y ha trabajado como profesor de Filosofía y Ética en centros de Secundaria antes de dedicarse al cine y fundar su propia cabecera, Cameraman, dedicada a la producción cinematográfica.

La mentira puede ser más verosímil que la verdad.El cuerpo congelado de un músico sentado frente a un piano. La playa de un antiguo naufragio envuelta en leyenda. Una viuda abatida y un amigo leal investigarán un crimen que alguien pretende hacer pasar por muerte natural.

Al llegar a su casa en Ribadesella después del aperitivo, Mercedes encuentra a su sobrino Ricardo sentado al piano. Enseguida advierte que su cuerpo está congelado. Tras dar aviso al cuartel, un agente comprueba que no hay ningún cadáver y que el relato de la anciana se debe a un delirio. Dos días más tarde, el pianista aparece muerto en un mirador de la costa. Como no se aprecian signos de violencia, el forense atribuye la muerte a un fallo cardíaco. Con la comarca sumergida en una espesa niebla, ¿por qué se tomaría Ricardo la molestia de asomarse a un mirador desde donde no podía divisar ni la punta de sus zapatos?


- Adolfo es un personaje volátil y en cierta parte de la novela le dicen que no llegará muy lejos. ¿Crees que lo que le dijo su entrenador en la novela y en el caso de su amigo, le es útil? ¿Se acordará de esas palabras por todas las decisiones que toma?



Es muy curiosa la pregunta —y muy interesante—, porque a primera vista puede pasar desapercibido ese dato. El comentario del entrenador supone un diagnóstico y una premonición. Ese es el carácter de Adolfo: el desapego, la volatilidad, hoy estoy aquí y mañana quién sabe. Y la forma de ganarse la vida se corresponde con ese talante nómada y disperso al que no piensa renunciar a pesar de haber alcanzado ya los cuarenta y tantos. Y en el momento más duro de la trama, cuando tiene ante sí el dilema de continuar por la autovía o quedarse en el pueblo, lo que le puede es el sentido de la lealtad y de la justicia.

- Crees que, si Ribadesella hubiese pertenecido al mundo de Genoveva ¿La historia hubiese cambiado mucho? (Ella no prestaba atención a los habitantes, al lugar, etc). ¿Crees que el pueblo será de más agrado a Genoveva, tras el final de la novela? ¿Cómo crees que lo verá, ahora?



Tal y como está planteada la trama, a Genoveva le va a resultar difícil deslindar el rechazo familiar que ha sufrido durante años del escenario donde se ha producido. Ribadesella y la familia de su marido componen una experiencia única: hostilidad. Una hostilidad sutil pero evidente a lo largo de los años. En el caso de que Ribadesella hubiera sido el pueblo de su infancia y no de la de Ricardo, la situación cambiaría radicalmente. Pero ella ha vivido cada visita al pueblo como un episodio amargo, como una penitencia más que como un esparcimiento. No creo que tenga intención de volver. El único lazo que la unía al pueblo era Ricardo, y él ya no está. Creo que se alude en la novela a esa vivencia: Ricardo era la bisagra entre ambos mundos. Y la bisagra ha desaparecido.


- Me ha gustado mucho el hecho de que sean Genoveva y Adolfo los que investiguen acerca de la desaparición y muerte de Adolfo. También, me ha gustado que la policía esté presente, pero no de la manera que suele ¿Tenías claro desde un principio que Genoveva y Adolfo fuesen los que siguiesen las pistas?



Era una premisa fundamental. En la mayoría de las novelas negras que he leído, lo mismo que en las series o películas de género, hay dos planos: los personajes que realizan la investigación —generalmente policías, periodistas, detectives…— y los involucrados en el drama, ya sean desapariciones o asesinatos. Los policías hacen un derroche de sagacidad para encontrar al “malo” entre los personajes cercanos a la víctima o que pudieran tener algún vínculo secreto con ella. En este caso quería que ambos planos confluyesen. En un principio porque me parecía un tanto manido ese reparto de papeles entre poli bueno y poli malo, policía y periodista que se ayudan y al mismo tiempo se sabotean, celos entre policías a ver quién es más listo, etc. Y tampoco me interesaban mucho los protocolos médicos y policiales, en la línea de CSI. En el tratamiento forense doy la información justa pero paso de puntillas y solo aporto un par de datos médicos para explicar la paradoja temporal. Me interesaba centrar toda la atención en los personajes directamente implicados en la trama, en las relaciones presentes y pasadas entre ellos, los conflictos ocultos. Proporcionarle al lector un lugar privilegiado donde contemplar cómo los personajes van desvelando detalles para que el galimatías comience a tener sentido.


- Ricardo dividía las relaciones personales en compartimentos ¿Dónde crees que ponía a Adolfo, realmente? ¿Piensas que sólo le quería cerca por esa época y sus padres?

Por sus obras los conoceréis”, decía Jesucristo en el evangelio de Mateo. Y eso es lo que ocurre con Ricardo, uno de los personajes más enigmáticos de la historia, y al que vamos conociendo a través del testimonio de las personas más cercanas. Del pianista no llegamos a tener el perfil completo hasta el último párrafo de la novela. Hay un personaje —no puedo desvelar cuál— que realiza un diagnóstico muy radical de la personalidad del músico. Y creo que tiene bastante razón. Respecto a la relación de Ricardo con Adolfo, creo que el pianista encontraba en Adolfo un negativo de sí mismo. No podía haber dos seres más antagónicos. Por eso Ricardo no tenía amigos entre los músicos, porque sus compañeros eran un calco de sí mismo y Adolfo representaba todo lo contrario. Al mismo tiempo, Adolfo le facilitaba el vínculo con su tierra, con su infancia, de la que quizá nunca llegó a sacar la cabeza.



- Cuando se habla de la niebla en Asturias y dicen a los personajes “algún día tendrá que levantar”, aunque se dice mucho en el norte ¿Lo dicen metafóricamente? (en la historia, ya que cuando la niebla se disipa, empiezan las preguntas, respuestas, idas y venidas).



En muchas narraciones se utiliza la niebla —como ocurre con las casas solitarias en medio de un bosque o las noches de tormenta— para generar una atmósfera misteriosa y aventurar que algo gordo va a pasar. En este caso la niebla nos es un mero decorado propicio sino un elemento fundamental de la trama. Efectivamente, cuando comienza la investigación y se habla del deseo de que “levante la niebla” hay que leerlo como una metáfora. Cuando Adolfo y Genoveva miran por la ventana del hostal y no ven nada, ni siquiera la playa, es una metáfora de lo que ocurre con el caso. No ven nada aunque lo tengan delante. Y sobre todo Adolfo, que se mueve por el pueblo dando tumbos, sospechando que el culpable puede ser uno y a los cinco minutos pone el foco en otro, y a la media hora piensa que se ha equivocado y puede ser un tercero. Esto no pasaría con una investigación policial al uso. Me gustan estos latigazos de incertidumbre que aporta Adolfo al caso porque ocasionan giros argumentales permanentes.



- ¿Crees que la lealtad es una virtud que no es muy común o poco abunda?

La lealtad en este caso es contraria a la comodidad y, sobre todo, al interés. Adolfo está tirando por la borda su única fuente de ingresos por un imperativo moral.



-Genoveva tiene miedo de preguntar por su marido, por el qué dirán... ¿Crees que se relajará por lo que diga la gente de ella, marido...)

Yo creo que a Genoveva no le importa mucho lo que digan en el pueblo. El problema que tiene es que se le plantea una disyuntiva: conoce a su marido y le parece imposible una infidelidad, y al mismo tiempo la tozuda realidad le está empujando a pensar lo contrario.



- Doce abuelas está repleta de música clásica, por la profesión de Ricardo y Genoveva. Tras terminar de escribir el libro ¿Cuál fue la primera canción de música clásica escuchaste?

El concierto número 2 de Rachmáninoff. Lo escuchaba mientras escribía el libro y al terminarlo. Representa el hilo conductor de la novela, una especie de banda sonora imperceptible la mayor parte del tiempo pero que permanece latente durante toda la historia. La música está presente en la novela de principio a fin, y no como una mera actividad profesional de los personajes. Va más allá. Por ese motivo veo muy acertada la presencia del piano en la portada.


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