Ramona acaba de llegar a vivir a Madrid con su novio, Nico, y quiere empezar de cero: quiere ser actriz, quiere ser madre, quiere vivir en Lavapiés. Pero no consigue castings, no tiene trabajo estable y en su edificio hay dos pisos okupas que venden droga y la tienen aterrada.
-ESTRENO EL 25 NOVIEMBRE-
Ramona de Andrea Bagney es una película carismática con una protagonista (Lourdes Hernández) luminosa y brillantemente caótica.
Rodada en blanco y negro nos hace navegar entre lo que se quiere y lo que se tiene, entre la seguridad de los brazos de alguien y un salto al vacío.
Ona es de esos personajes que sueña, que parece vivir, pero lo hace a medias.
Un día, por azar, serendipia se encuentra con un hombre y se pone a hablar con él y desde ahí todo rueda.
Tiene toques de humor unidos a situaciones peculiares, tiene reflexiones en voz alta y con una cámara de por medio.
Creo que Ramona tiene miedo de dejar otra cosa a medias, de empezar a cumplir el sueño de ser actriz, lograrlo y desplegar sus alas.
Sueña con ser madre, le duele lo de sus padres, la pesa envejecer y cree que por tener canas no va a ser la elegida.
La película de Andrea Bagny está repleta de planos preciosos, de detalles bonitos. Tanto Ramona y Nico (su pareja) viven juntos, pero creo que Ramona siente que ha dejado pasar demasiados trenes.
Hay una imagen preciosa en una estación, una conversación en un andén vacío que ha hecho que se me pusiese la carne de gallina.
Ramona es una película que toca un tema, otro y otro sin rumbo como la protagonista. Al final de la producción saca a relucir a la verdadera protagonista.
Me gustan las películas agridulces, adoro esos finales en los que no sabes si Ona habló con Nico, qué la impulso a tomar esa decisión...
Lourdes Hernández es muy natural y se hace enseguida con su personaje. Un personaje que empieza siendo pequeños y va creciendo. Un personaje que se las da de decir las cosas o revienta, para finalmente no ser consecuente con lo que dice, pero me ha gustado y mucho.
Nos contaba Andrea Bagney que es un homenaje a Madrid. Hasta que no he llegado a casa y no he reposado la película, no me he dado cuenta.
Es una producción que nos hace sentir nostalgia de esta ciudad, de sus bares de siempre, de sus rincones más míticos...
Esta película es como una ola. Va y viene. Se pone seria, te toca la fibra sensible y entre medias te hace reír.
Fui a verla a ciegas y me he encontrado con una producción que está repleta de rincones de nuestro corazón, alma...
Muy recomendada, una muy grata sorpresa con una Lourdes Hernández perfecta y con Bruno Lastra y Francesco Carril maravillosos.
Me dejas con ganas de ver esta peli.
ResponderEliminarBesotes!!!