1º SEMANA DEL ATLÁNTIDA FILM FEST 2022

Un documental brutalmente honesto, delicado, conmovedor, bonito y tierno. En Italia es donde sucede toda la narración y la narración comienza y termina como si fuese un círculo, en la noche, con un podcast en el que la voz principal nos va presentando a estos amigos. Se me hizo un nudo en la garganta en muchas ocasiones, porque es una película que constantemente tiene los sentimientos de los/as protagonistas a flor de piel. Nos narra esa incertidumbre, esos miedos, esas ilusiones que conllevan el dar ese gran paso para ser feliz, para no sentirte alguien extraño.  Se nota como los/as protagonistas en un principio están nerviosos/as y cómo van quitándose esos miedos, esas espinas que tenían clavadas. Puede que muchas personas crean saberlo todo de ser trans y lo que conlleva, pero os puedo asegurar de que tras haber visto Nel Mio Nome sólo puedo aplaudir la valentía de luchar, exigir y vivir como quieran, de la manera que deseen y con quien quieran. Falta avanzar en más derechos y menos vacíos, pero es una producción esperanzadora. Nel Mio Nome es pura poesía y aunque puede parecer sencilla, ya os digo que es más compleja de lo que pensáis, porque no todo el mundo puede y tiene la suerte de dar el paso de estos cuatro chicos/as.

La traversée o la travesía de Florence Miailhe fue mi segunda película seleccionada. Quería algo de animación, pero que fuese diferente a todo lo que estoy acostumbrada a ver. La sinopsis de esta producción dice así: Un pequeño pueblo saqueado, una familia obligada a huir. Los dos hijos mayores, Kyona y Adriel, son rápidamente separados de sus padres y afrontan solos el camino del exilio. Se embarcan en un heroico viaje que los lleva de la infancia a la adolescencia en busca de refugio, paz y la esperanza de encontrar cobijo y a su familia. Atravesando un continente desgarrado por la guerra y la persecución a los migrantes, estos valientes hermanos sobreviven a increíbles desafíos.

Siempre digo que el cine francés tiene una forma de narrar las cosas que no tiene otro cine y es que soy fan de las películas del país galo, pero no he visto muchas producciones animadas de Francia, así que puede decirse que no tengo experiencia y tampoco puedo decir si es buena, mala o nivel de animación, pero lo que si os puedo contar es que no deja indiferente y que me ha parecido muy original a nivel narrativo, color, movimiento, etc.

Una historia que, si leemos las noticias de Ucrania, Siria y otros lugares del mundo en el que las personas son forzadas a huir, son matadas por ser de otro país, religión, origen o simplemente por no tener las mismas ideas, pues tenemos la travesía, pero he visto más de la Segunda Guerra Mundial en esta película o algunas imágenes que me recordaban a ella que de la actualidad. Quizás es porque las autoras del guion han querido hacer un homenaje a todas esas personas que son instadas a huir, pero no por placer, sino para poder sobrevivir. En todo momento adquiere un tono oscuro en la narración, pero hay instantes de luz que se escapan entre los dedos.

Se ve en un suspiro y con los nervios de punta, ya que sólo quieres que se tenga un final feliz, que los buenos ganen y los malos se vayan a la mierda, pero en esta historia todo se complica por instantes, pero me ha gustado mucho.

Las dos películas que he visto me han gustado por diferentes motivos, pero a la vez por casi los mismos. Petite Nature y Girl Picture han sido mis dos elecciones siguientes dentro del Atlántida Film Fest.

La sinopsis de Petite Nature dice así: Con solo diez años, Johnny es un niño completamente autónomo y con algunas responsabilidades impropias de su corta edad, como cuidar de su hermana menor. Además, ayuda en casa, se aplica en la escuela y ha aceptado con madurez la separación de sus padres. A pesar de las limitaciones del contexto social en el que crece, e inspirado por las lecciones académicas y vitales de un profesor, el niño se abre a los secretos, las dificultades y los sueños de la vida adulta.

La sinopsis de Girl Picture es: 

Mimmi, Emma y Rönkkö son chicas en la cúspide de la feminidad, que intentan dibujar sus propios perfiles. En tres viernes consecutivos, dos de ellas experimentan los efectos conmovedores del enamoramiento, mientras que la tercera se lanza a la búsqueda de algo que nunca ha experimentado: el placer.

En Girl Picture me he enganchado en el primer minuto a la película y me ha encantado conocer a las tres protagonistas que van creciéndose a cada fotograma y son capaces de pasar de la risa al llanto y al enfado en 2 minutos y arrastrar al espectador en todas sus etapas.

Con Petite Nature me he tomado mi tiempo, pero el trabajo del protagonista es asombroso y alucinante, pues él sólo se pone sobre sus hombros la trama y nos va atrapando, pero lentamente.

En Petite Nature vemos como Johnny ya tiene responsabilidades, tiene preguntas, aunque no tiene un referente claro, tiene muchos silencios y necesita tener a alguien a quien admirar.

En cambio, en Girl Picture los miedos son otros, las decepciones son otras y apenas hay silencios, pero si muchas bromas camufladas por los nervios, por el miedo, por las decepciones.

En Petite Nature vemos una maternidad algo alocada, ausente, de supervivencia, pero en la película finesa esa maternidad la vemos, sentimos y forma parte de la vida de estas chicas.

No he visto desde hace mucho una película finlandesa, pero me ha encantado lo brutalmente honesta que es, la sinceridad que irradia y la banda sonora tan eléctrica que nos acompaña en esta historia narrada en varios fines de semana.

Me gusta el cine francés, aunque hace mucho que veía un drama y aunque me ha gustado mucho, como que al principio me ha costado meterme en ella.

Creo que la estética de Girl Picture ha hecho mucho y es que no sabría si es una película de los ochenta, novela o actual.

Entre el calor y el trabajo no he podido ver demasiadas películas, pero he querido terminar esta semana con Milan Kundera (From the joke to insignificance) de Milos Smídmajer y si antes le admiraba, pues imaginaros ahora.