- Te conocí con ilusiones y te he vuelto a descubrir con Mía. En ambas obras tratas temas actuales con temáticas que te remueven y te tocan. En ilusiones es más comedia y en Mía es un drama ¿Preparas igual o de forma distinta tus papeles en estas obras de teatro?
Rebeca y Elvira no tienen mucho que ver la una con la otra, pero, a la vez, les une algo muy fuerte. La primera ejerce la violencia, desde bien pequeña, como forma de subsistir. Y la segunda, también desde muy pequeña, la sufre en todos sus ámbitos sin encontrar la forma de escapar de ella. Yo me crie en un barrio en el que pude compartir con muchas Rebecas, algunas como conocidas y otras bien temidas, por lo que he podido basarme en muchas referencias de mi infancia y juventud. Con respecto a Elvira, jamás he sufrido una violencia igual, así que lo más costoso fue llegar a creer que una persona pueda llegar a ese límite en el que el miedo y la vergüenza tienen más poder que los golpes.
- En Mía vemos como utilizas a las mil maravillas los tempos y nos dejas continuamente colgados con frases a medias que luego sigues en la historia. Cuando leíste el guion y descubriste este monologo que dejas a medias para luego retomar ¿te supuso algún reto?
- Tanto en ilusiones como en Mía tu energía sobre el escenario es asombrosa y lo transmites al espectador. ¿En algún momento o en alguna función el personaje te ha desbordado?
Es cierto que soy una persona muy enérgica y, en algunas ocasiones, si he tenido que controlar más o rebajar ese nivel de energía con algunos personajes. Cuando estaba estudiando teatro me dijeron varias veces que “siempre era mejor pasarse que quedarse corto, que siempre se podía rebajar”. Se me quedó bastante grabado y, también creo, que es el resultado de hacer lo que más te apasiona en la vida.
- En Mía, das vida a Elvira, un personaje que se pone frente al espejo y se da cuenta de que repite el mismo rol que su madre. ¿Crees que los hijos o hijas repiten de alguna manera instintiva las situaciones de sus progenitores?
Sin duda alguna. Las madres y padres son nuestros referentes desde que nacemos. Los valores que ellos nos enseñen serán los valores que nosotros inculquemos a nuestros futuros hijos o a la sociedad como ciudadanos. Ser consciente de ello y de lo que no te gusta, te da la posibilidad de transformarlo, pero ya forma parte de tu vida.
- En ilusiones, tu personaje y el de tu mejor amiga se pasan el tiempo en el parque sin hacer nada y en
Mía, se pasa el tiempo esperando y parece que no hace nada, pero reflexiona y devuelve todo lo que la hizo daño mediante palabras en voz alta. ¿Qué espera es la más angustiosa? (esperar a que suceda algo en tu vida o esperar a que tu vida esté a salvo)
Creo que lo peor es esperar a que ocurra algo externo que haga que tu vida se transforme o de un giro. Si algo he aprendido y sigo aprendiendo, es que el cambio debemos darlo nosotras, con coraje y valentía. Entonces, nuestro alrededor también empezará a hacerlo. En el caso de Rebeca, nunca es demasiado tarde para volver a empezar. En el caso de Elvira, la espera puede llevarte al fin.
- En Mía se lanza la pregunta ¿puede el azar solucionar nuestras vidas? Y en Ilusiones hay un hecho que al azar o sin esperarlo convierte la vida de la protagonista en una vorágine de eventos y situaciones. ¿Crees en el azar y que de algún modo pueda solucionar nuestras vidas?
Yo creo en las causalidades, en que todo sucede por algo. En que la vida nos da oportunidades para transformar nuestro sufrimiento y seguir creciendo. La clave es la postura con la que enfrentamos todos estos obstáculos. Yo creo que nosotras somos las creadoras de nuestro destino, cada día y con cada cosa que hacemos. Ahí es donde pongo el foco, en las acciones.
- Las obras de Mía y de ilusiones tienen textos inteligentes que te golpean directamente. Tanto en Mía como en Ilusiones tenemos una cámara de video con la que alzar la voz y decir lo que sientes, sincerarte. ¿Por qué crees que nos sentimos más a gusto frente a una cámara o una pantalla, pero no frente a personas? (para contar lo que sucede…).
Quizá por vergüenza, por miedo a ser juzgadas y a obtener una réplica que en ese momento no sepamos o podamos responder. Pensar una respuesta escrita en una red social es fácil. Aparte, vivimos en un mundo de pantallas. Se han convertido en algo tan cotidiano que sociabilizar y expresarnos a través de ellas es algo común.
- Si tu carrera como actriz fuese una canción ¿cuál sería? ¿ por qué?
Se me viene a la cabeza “Resistiré”, una mítica. La clave es perseverar y resistir, seguir activa y confiar en ti misma pase lo que pase. No dejarnos vencer y seguir avanzando pase lo que pase. Pero no sólo en la profesión, sino en cada aspecto de nuestra vida. RESISTIR.
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