Frío, astuto y asombrosamente eficaz, Salvador Hoffman es famoso tanto por ser el mejor detective de Nueva Orleans como por su incapacidad para sentir empatía o afecto por otras personas, cosa que lo ha convertido en un hombre más temido que respetado.
Pero cuando un macabro artilugio vudú aparece en una de las escenas del crimen más extrañas de su carrera, el detective comienza a cuestionarse no solo las reglas de ese mundo estricto y racional al que pertenece, sino las propias limitaciones que siempre le impuso a su corazón.
Y de la manera más difícil, Hoffman tendrá que aprender que a veces el amor duele más que la soledad.
Ocho años antes de los acontecimientos de El señor del Sabbath, esta conmovedora historia impregnada de magia oscura y rituales sombríos nos llevará a conocer, no solo el lado más oculto de la ciudad hechicera, sino también el de uno de los personajes más queridos de La Nación de las Bestias.
«¡Bienvenidos de regreso a Nueva Orleans!»
Así es como nos recibe el libro nada más abrirlo y yo no
puedo estar más agradecida a Mariana Palova por habernos invitado a
volver a recorrer esa ambientación que me conquistó en el primer tomo de La
Nación de las Bestias.
Un segundo amor es un spin off de la saga, que
se sitúa precisamente en el mismo lugar que ese primer tomo, pero ocho años
antes. El protagonista de esta precuela es Salvador Hoffman, nuestro querido policía,
tan enigmático que a veces no es fácil entender sus actuaciones y sus
motivaciones, ese personaje gris al que se le intuía desde el principio un
interior mucho más complejo de lo que aparentaba.
Pues bien, aquí tenemos su historia. La historia de cómo un
hombre frío, con el corazón de piedra, antipático y presuntuoso, sintió el amor
más grande que jamás pudo imaginar y que terminó rompiendo su interior en
pequeños fragmentos que, una vez reunidos, le convirtieron en el hombre que
conocimos nosotros ocho años después.
Aunque Hoffman es el protagonista, también aparecen algunos
otros viejos conocidos, por lo que también podemos entender un poco mejor de
dónde vienen y cuáles son los lazos que los unen a unos con otros.
A lo largo de la trama, seguimos a Hoffman en una cruda y peligrosa
investigación a contrarreloj, en la que necesita descubrir quién ha elaborado
unos siniestros artilugios vudú, por qué lo ha hecho y qué relación tienen con
una serie de muertes ocurridas en la ciudad durante los últimos años. Por
ciertas circunstancias terribles, el detective se verá inmerso en el caso de un
modo más profundo que el profesional, por lo que la búsqueda se volverá mucho
más intensa y desesperada.
Y, por si esto no fuera poco, al mismo tiempo, Hoffman
tendrá que aprender de nuevo a sentir y a dejarse querer.
Mariana Palova ya nos tiene acostumbrados a un estilo
de narración muy personal y, en esta ocasión, ha elegido como narrador a un Loa
(espíritu o dios menor del vuduismo) que cuenta la historia en segunda persona,
como si le estuviera recordando al propia Hoffman cuáles fueron sus orígenes y
cómo llegó a ser el hombre que conocemos en El señor del Sabbath. Lo más
interesante es que este narrador no solo ve lo que está pasando a nivel
tangible, sino que también percibe lo que sienten los personajes e incluso lo
que está ocurriendo más allá del plano terrenal.
Un segundo amor es una novela corta que narra
una historia oscura y desgarradora, que nos enseña qué es eso que atesora en su
interior nuestro detective Hoffman.
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