Durante casi toda su vida, Elisse ha sido acosado por criaturas horripilantes que al parecer nadie más puede ver ni escuchar. Desesperado por huir tanto de ellas como de su pasado decide marcharse de la mística India, el país donde estuvo refugiado, para sumergirse dentro de la Gran Hechicera Nueva Orleans; también con la esperanza de volver a encontrarse con su padre, quien por motivos desconocidos tuvo que abandonarlo siendo apenas un bebé. Pero lo que Elisse no sabe es que en esa ciudad sepultada por una misteriosa niebla y devorada por furiosos huracanes, se encontrará con mucho más que las respuestas a los enigmas de su inquietante vida: un secreto, tan ancestral como extraordinario, que se oculta entre los pantanos de Luisiana, en los muros helados del cementerio y hasta en su propia sangre. Los abismos lo observan. Sus pesadillas lo persiguen. Y ahora, su instinto lo guiará a la batalla. ¿Tienes el valor de entrar en su mundo?
La primera vez que me hablaron sobre La Nación de las Bestias,
lo que más me llamó la atención fue el tema del vudú. A continuación pensé algo
así como «qué cosa más rara» y justo eso fue lo que me decidió del todo a
querer leerlo.
Y es extraordinario, sí. ¡Vaya si lo es!
Durante toda la primera parte del libro tuve una sensación extraña
de «no sé si me está gustando, pero quiero más». Porque desde el principio me
enganchó hasta tal punto que me terminé zampando las casi quinientas páginas en
tres días.
Esa sensación de desconcierto no la perdí en ningún momento
(y todavía la noto por dentro), pero es que creo que nunca había leído nada
parecido.
Lo primero que ya me parece original es el protagonista:
Elisse, un joven andrógino que ha pasado su infancia en un campo de refugiados
de la India, después de tener que huir del monasterio tibetano donde su padre
lo había abandonado siendo un bebé. Elisse es incapaz de soñar, pero lo que sí hace,
muy a su pesar, es percibir criaturas terroríficas y apestosas que nadie más puede ver.
A
pesar de haber vivido en ese entorno toda la vida, para Elisse la familia es lo
más importante y está dispuesto a hacer cualquier cosa por tener la suya. Por
eso, en cuanto consigue ahorrar el suficiente dinero, se muda a Nueva Orleans a
vivir en un centro budista mientras se dispone a comenzar la búsqueda de su
padre.
Pero estos planes cambian radicalmente cuando un desconocido
se acerca a él y le asegura que puede explicarle quién es en realidad y por qué
esas terribles criaturas le atormentan. A partir de este momento, Elisse se
verá envuelto en medio de una turbulenta batalla contra el más poderoso vudú,
junto a una tribu de criaturas sobrenaturales que se convertirán muy pronto en
su anhelada familia.
Como lectora, he podido ir descubriendo tanto la ciudad, como el mundo del vudú y la realidad de la naturaleza de Elisse al mismo tiempo que el propio protagonista, sorprendiéndome con las mismas revelaciones que le desconcertaban a él y compartiendo muchas de sus dudas. Esto consigue que la novela se vuelva aún más interesante, ya que permite que desde fuera seas también un poco partícipe de lo que está pasando en el interior de las páginas.
Los escenarios que utiliza la autora para situar a los personajes abrigan perfectamente a la oscuridad de la
historia, con toda esa niebla, la humedad del pantano y el ambiente de carnaval que se respira en
la ciudad. Me ha gustado muchísimo este aspecto e incluso me ayudaba mucho a concentrarme al cien por cien en la lectura, como si la capa de niebla me aislara a mí también del mundo exterior.
Todos los personajes que aparecen en el libro son mucho más
complejos de lo que pueden dar la sensación en un principio. Pues todos ocultan
cosas y tienen sus razones para comportarse del modo en el que lo hacen. Cada
uno es diferente de los demás y tengo clarísimo que mi preferido es Tared. Sé que todavía me quedan muchísimas cosas por descubrir de él, pero ya le adoro mucho.
Reconozco que entendí que era una novela autoconclusiva cuando me
hablaron de ella. Así que, cuando descubrí que en realidad era el primer tomo de una trilogía, me desilusioné un poco, pero si todos
los tomos van a tener el mismo ritmo trepidante y adictivo que este, ya no me importa
que sean tres en vez de uno.
Mariana Palova
autopublicó La Nación de las Bestias hace unos años y Océano Gran Travesía ha respetado en su nueva edición todos los elementos artísticos que acompañan a la historia y que son todos creación
de la propia autora. ¡Bravo!
La Nación de las Bestias ha sido una lectura extraordinaria y desconcertante,
que me ha despertado un montón de sensaciones y me ha mantenido en vilo, con un
sentimiento de desasosiego interno de principio a fin. Un libro original,
oscuro y que es imposible que deje indiferente a ningún lector.
Os dejo el booktrailer por si os queréis hacer una idea más visual del ambiente que rodea esta inusual historia:
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