Dos mellizos, una profecía y un mundo lleno de magia.
Todo se complica cuando los mellizos Dani y Dorian pierden el autobús a la Escuela de Magia. Lo que debía ser el principio de su educación como brujos terminará en una serie de aventuras —y algún que otro lío— en las que conocerán a nuevos amigos de lo más dispares: Nico, el más gamberro de todos los chicos del lugar; la cursi y romántica princesa Monica; el apuesto y reservado Mark; a Pendragon, el mentor más despistado, e incluso una mascota de lo más extraña. Lo que Dani y Dorian no se esperaban era ser perseguidos por varias familias mágicas muy poderosas, que creen que uno de ellos dos es el Rey de las Brujas de una profecía.
Este singular grupo de amigos deberá unirse para arreglar todos los malentendidos que han causado sus travesuras, pero ¿podrán arreglar también los conflictos del reino de una vez por todas?
La aventura de Hooky comienza cuando Dorian y
Dani llegan tarde al autobús que los debería llevar a la escuela de magia. Volver
a casa para confesar lo sucedido no es una opción y tampoco pueden llegar al
colegio por sus propios medios, pues nadie sabe dónde se encuentra. Así que lo mejor
que se les ocurre a estos mellizos es buscar su propio mentor para aprender
magia por su cuenta.
A partir de ahí, Dani y Dorian se introducen en una guerra
entre gente mágica y no mágica, entre gente mágica y otra gente mágica… La
verdad es que no se sabe muy bien quién tiene razón (si es que alguien la
tiene), ni qué narices está pasando, más allá de la existencia de una profecía
que pronostica la subida al poder de un nuevo rey de los brujos.
Y así, entre lecciones de magia, escapadas con los amigos, primeros
amores, malentendidos, discusiones, hechizos que salen mal y descubrimiento de
nuevas habilidades, los protagonistas vivirán una aventura divertida y
peligrosa, en la que tendrán que enfrentarse a complicados dilemas morales.
El tono de la historia comienza siendo muy cómico, muy
ligero, pero a medida que vamos pasando las páginas, la trama va ganando
intensidad y se va volviendo más oscura: quema de brujas, guerra, violencia,
traiciones… pero siempre salpicado por el humor de los personajes, porque ellos
son así y no pueden evitarlo.
Lo que más me ha gustado de Hooky han sido precisamente
sus personajes. ¡Son tan torpes y encantadores! Los pobres lo hacen lo mejor
posible, aunque los resultados que obtienen casi nunca son los deseados.
Dorian y Dani son mellizos. Él es un ratoncito de biblioteca
al que se le da fatal el asunto de volar con escoba. Ella es mucho más decidida,
más extrovertida y un completo desastre con la magia.
Nico (mi favorito) es un gamberrillo despreocupado por
fuera, pero un trocito de pan por dentro.
Monica es una princesa experta en novela romántica,
dispuesta a convertirse en una heroína aventurera.
Y Mark, el pastelero más guapo del pueblo. Pero lo que
importa es el interior, ¿no?
Me gusta que ya solo con verlos en los dibujos, cada uno de
ellos muestra su personalidad, en la ropa que llevan y en sus gestos. El estilo
de la autora, muy manga, es de lo más expresivo y está lleno de color. ¡Hasta los
bocadillos de los diálogos tienen un tono asignado para cada personaje!
Antes de publicarse en papel, esta pandilla adorable ya
había conquistado a miles de lectores a través de la plataforma Webtoon.
Miriam Bonastre toma referencias de Harry Potter, los
cuentos de hadas tradicionales y las películas de Estudio Ghibli, los
reinterpreta y los combina con otros tantos ingredientes para crear una historia
original, que mezcla la comedia con escenas muy oscuras e incluso dramáticas.
Hooky ha sido una lectura muy entretenida, con
brujas, princesas y príncipes, una oscura profecía y mucha, mucha, magia.
¿Habrá continuación? No lo sé, pero ojalá.
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