¿Sabes lo que sucede cuando dejas una manzana en un frutero sin comer? Pues que, al cabo del tiempo, se estropea. Eso es lo que ocurre con los libros que se quedan olvidados en las estanterías: se llenan de polvo, se agrietan, se hinchan, se arrugan… Lo mismo le ha sucedido a este libro que tienes en tus manos, ya no es el dulce cuento de Cenicienta, ahora se ha convertido en el «cuento estropeado» de Zombicienta.
Sal de la tumba y súbete a tu carruaje de setas venenosas para vivir esta inquietante y divertida aventura de la chica no muerta y el príncipe vampiro que solo querían terminar su historia como todos los cuentos de hadas, viviendo felices para siempre.
Nada más abrir este libro, ya se aprecia que va a estar repleto de detalles. Bueno, en realidad, no hace falta ni abrirlo, porque los acabados dorados de la cubierta ya son una pasada. Pero es al abrirlo cuando nos sumergimos de lleno en el universo de esta novela, pues nos trasladamos a una biblioteca bastante peculiar, polvorienta, de la que aparentemente hemos decidido tomar prestado un libro que lleva sin ser abierto unas cuantas décadas. Nos podemos imaginar cómo estará el pobre libro, claro, pero es que la historia de su interior también se ha estropeado, se ha «podrido» un poquito y la princesa, que esperábamos encontrar dentro, ahora resulta que es un zombi.
A través de un texto divertido y gamberro, estructurado en
verso, Joseph Coelho nos explica el
tradicional cuento de La Cenicienta,
pero desde una perspectiva bastante peculiar y un tanto tenebrosa. La trama
central es más o menos la misma que ya nos sabemos de memoria: el príncipe
organiza un baile para elegir esposa, la terrible madrastra de Cenicienta no permite
que vaya, pero al final su hada madrina la ayuda, el príncipe se enamora de
ella, etcétera, etcétera. ¡Ajá! Pero en esa trama, todo lo demás es totalmente
distinto y casi nada resulta cómo esperábamos. Ahora hay zombis, vampiros, animales
que se han quedado en los huesitos, aromas apestosos, carrozas bastante
extrañas e incluso La Muerte en persona… pero, aunque esto pueda presagiar el
peor de los resultados, los cuentos estropeados también pueden acabar bien. O
no. Para descubrirlo, tendrás que leerlo.
Momento para valorar el trabajazo de traducción de Marcelo Andrés Manuel Bellon. Siempre
intento acordarme de, al menos, mencionar el nombre del traductor o traductora
de cada libro, figura importantísima que muchas veces se nos olvida, pero es
que en este caso con más razón todavía. Traducir textos en verso, manteniendo
el ritmo y los juegos de palabras, en complicadísimo, lo sé por experiencia,
así que un aplauso grande desde aquí por el buen resultado.
El libro viene ilustrado de principio a fin: hay ilustraciones a doble página, a página completa y otras más pequeñas. Todas están en blanco y negro, no sabría decir exactamente el material con el que están dibujadas, pero me han transmitido un efecto de lápiz o carboncillo, como muy clásico, que pega a la perfección con el ambiente al que nos han querido trasladar incluso antes de empezar el cuento como tal. El trabajo de Freya Hartas me ha parecido precioso y confieso que he dedicado bastante rato a contemplar cada una de las ilustraciones, porque tienen un montón de detallitos en los que merece mucho la pena detenerse. Además, los interiores de las cubiertas y las solapas traen dos ilustraciones a todo color.
Zombicienta me ha parecido una reinterpretación muy original y ocurrente del cuento de la Cenicienta, con
unas ilustraciones interiores que me han enamorado. Espero poder volver a
visitar pronto esta biblioteca de cuentos estropeados.
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