En un tramo desolado del Sahara, un misterioso accidente automovilístico deja a una joven perdida y sola. Jake, un arquitecto solitario la encuentra inconsciente. La lleva al médico más cercano para descubrir que sufre amnesia. Intoxicado por la belleza de la mujer, Jake dice ser su esposo. Él la llama Kitty y la lleva a su remota casa del desierto para recuperarse.
- ESTRENO 14 DE FEBRERO-
You go to my head empieza con una sutil y sensual música que te cautiva, para dar paso a la inmensidad, al silencio, al miedo. Unos primeros minutos muy evocadores, con la inmensidad del desierto y la nada, como punto de partida.
Una película magnética que va seduciendo al espectador lentamente, por un lado te interesa saber la historia de "Kitty" de realmente quien es ella, pero por otro lado estas totalmente hipnotizada por Jake, no por lo que hace, sino por su vida anterior. Estos dos personajes parecen destinados a encontrarse, son como páginas en blanco o lienzos que por algún motivo se perdieron en el camino.
Es una película con muchas metáforas escondidas entre el agua, entre las dunas del desierto e incluso entre dibujos. Los silencios tienen incluso sonoridad, una sonoridad preciosa.
Los diálogos pueden parecer típicos, pero para descubrir realmente quienes somos, debemos hacer las preguntas justas o adecuadas y es lo que hace "Kitty".
Me ha gustado mucho el desierto y ese oasis o casa que como un ser silencioso, es parte central de la producción.
Desconocía a Delfine Bafort , pero después de verla en You go to my head me ha encantado, con solo una mirada te seduce.
Creo que si la película se hubiese hecho en otro lugar del mundo, no hubiese sido tan fascinante.
El desierto que todo se lo traga o todo lo esconde y el agua que lo cura.
Es algo curioso que con solo dos personajes You go to my head funcione y atrape al espectador.
Me ha mantenido con miles de sentimientos dentro de mí, es una película muy visceral, pero tan única que sigo enamorada de ella, pasada unas horas.
Te hace plantearte muchas preguntas y aunque la formula de "chica se queda sin memoria...." puede estar muy vista, en You go to my head se plantea de forma distinta, como si hubiésemos dado la vuelta a esta idea.
Me gusta que esta película no se pueda catalogar en ningún genero, yo no lo haría porque aborda tantos temas y desde tantos prismas distintos que la dejaría sin etiqueta.
Después de haber visto esta producción, los sonidos no me habían gustado tanto, como ahora.
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