Izzy es una adolescente pragmática que pretende convertirse en doctora. Últimamente se siente alejada de su familia, no sólo porque acaban de mudarse a Brooklyn, un barrio que le resulta muy ajeno, sino también porque la relación con su hermano mellizo es cada vez más distante.
Pero entonces conoce a Tristán.
Tristán es un prodigio del ajedrez que vive con su tía y admira a su primo, Marcus, un chico popular pero también un pandillero en líos de apuestas. Tristán e Izzy se encuentran una noche de luna llena, y juntos sucumben en una historia tan antigua e irrefrenable como el mismo amor.
Una apasionante historia del primer amor y una epopeya sobre los vínculos que nos unen y nos separan, y las diferentes culturas y tensiones que llenan nuestra cambiante realidad.
*Traducción de Juan Fernando Merino.
«Esto no es una novela. Es un romance». Así empieza Izzy + Tristán, un libro que me ha sorprendido mucho y para bien, porque en su interior he encontrado mucho más de lo que esperaba cuando me hablaron de él.
Izzy + Tristán nos cuenta la historia de un primer amor en toda
regla: apasionado, lleno de dudas, plagado de momentos entrañables, de planes
de futuro, de caricias furtivas y de
problemas que mantienen a los dos protagonistas en una montaña rusa de sentimientos
constante.
En pleno auge de los retellings
de cuentos clásicos, Shannon Dunlap
ha ido un paso más allá y ha creado una nueva versión de la leyenda de Tristán e Isolda, ambientada en un
barrio del Brooklyn actual, en el que prácticamente todos sus habitantes son personas de raza negra y
latina.
Reconozco que no tenía la leyenda muy fresca en la cabeza, pero cuando
terminé el libro la releí y no pude evitar maravillarme por la cantidad de
detalles que hay medio escondidos a lo largo de las páginas (cosas tan sencillas como
unos guantes, que parecen una tontería, pero que tienen todo el sentido del
mundo como parte de la creación de ese personaje).
Precisamente, los personajes son el punto más fuerte de esta
novela (no es una novela, es un romance):
· Izzy es una chica blanca, de familia bien acomodada, que
se muda junto a sus padres y su hermano mellizo a un barrio en el que todos sus
vecinos son de raza negra o latina. Además de tener que lidiar con todos los
cambios que este traslado suponen, su hermano empezará a comportarse de manera
diferente y perderá la conexión especial de mellizos que habían tenido durante
toda su vida. Pero todo su mundo cambia cuando conoce a Tristán y se enamora
perdidamente de él.
· Tristán vive con su tía porque su padre nunca ha sabido
muy bien cómo ocuparse de él. Es un genio del ajedrez y un buen chico, pero
desafortunadamente está bajo la sombra de su primo Marcus, al que admira y teme
casi a partes iguales, y que no siempre le permite seguir por el camino
correcto.
· Porque Marcus es tóxico. Es el típico malote que tiene su
séquito de «amigos» y que se cree que puede manejar el mundo a su antojo.
Básicamente se dedica a meterse en asuntos turbios, incluido organizar
partidas de ajedrez para Tristán en las que gana dinero a través de las
apuestas. Al final, la autora trata de dejarnos entrever un poquito de luz en
el fondo de este personaje, pero, yo lo siento, conmigo no funciona.
· Brianna es la única amiga que hace Izzy en el nuevo
instituto. Es muy aficionada a las artes
esotéricas y está enamorada de Marcus desde que era pequeña. Ha sido un
personaje que me ha gustado mucho, porque me ha parecido que tiene un interior
muy complejo.
· Isadora es la mayor rival de Tristán en el ajedrez.
Estudia en un colegio privado y acapara un montón de excentricidades que la
convierten en un personaje adorable o insoportable, y bastante complejo también.
Podría seguir, pero ya os digo que es que todos los
personajes tienen muchísima chicha y me ha gustado mucho cómo están
construidos.
La novela (¡que no es una novela!) está planteada como una
partida de ajedrez en la que cada uno
de los personajes ocupa el lugar de una pieza y se mueve siguiendo sus propias
estrategias: Tristán el caballo, Izzy la reina y Brianna la torre. La narradora
principal es Izzy, que nos cuenta toda la historia en retrospectiva, pero
alterna sus capítulos con Tristan y Brianna, que le van dando vida en presente
a sus recuerdos.
Además de todo esto, en Izzy + Tristán, aparece reflejado un
problema tan importante como la discriminación y los prejuicios raciales, tanto a nivel calle como
en las actuaciones policiales. Creo que lo más interesante de este tema es ver
cómo Izzy, en su papel de chica blanca, va abriendo los ojos ante esta injusta
situación. Lamentablemente, en pleno siglo XXI, esto está a la orden del día y
no solo en EEUU, así que me parece muy importante tratarlo en un libro juvenil.
En resumen, Izzy + Tristán ha sido una sorpresa
muy agradable, una lectura completa y compleja que empieza como la historia de
un primer amor adolescente, pero que contiene un trasfondo social muy
importante. Muy recomendable.
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