Una de las obras más conmovedoras de la cartelera madrileña. Estas navidades llega a teatros Luchana un espectáculo que invita a emocionarse, a reírse, pero también a adentrarse hacia el mismo centro del miedo. Un día cualquiera, inesperadamente, un niño encuentra una postal proveniente de algún lugar desconocido. El mensaje “VEN, Te necesito”. El remitente, aunque también desconocido su corazón lo identifica como alguien familiar. A partir de este momento el niño comenzará un viaje en busca del autor de la postal, con la decisión y falta de temeridad que sólo un niño puede tener.
Postales para un niño se puede ver en los Teatros Luchana de Madrid es una obra de teatro indispensable llena de ternura, fragilidad, de inocencia, de testarudez pero tiene además mucho corazón.
Como protagonista tenemos a un niño, un niño que parece saberlo todo, ser inteligente, sabiondo pero un niño sin maldad y con una visión del mundo distinta a la de los adultos o personas que han crecido con miedo.
En este viaje nos encontramos con diferentes personajes que te harán entender o te harán ver con más calidez y simpatía el oscuro mundo sin estrellas ni luces en el que se vive.
Es una obra en la que no sabes como empieza ni como termina, todo es un misterio que se va desvelando poco a poco según van hablando los personajes y se van mostrando.
No son personajes estereotipados todos ellos se salen de lo común y quizás por eso el que ha escrito la obra y el director les ha dotado de esa genialidad suya tan particular.
Llama la atención la escenografía y el maestro de ceremonias o el personaje que va guiando al espectador en algunos instantes de la obra y le hace pensar de si lo que estamos presenciando es un sueño, juego o es real, pero el que de que pensar es algo fantástico.
Me gusta como el personaje del niño va encontrándose con esas pruebas que realmente son personas como tú y como yo y como las afronta y como la mirada de un niño, las palabras de ese niño y su forma de ser hace que se piensen las cosas, que se miren las cosas de distinta manera o forma.
Otra de las cosas que me ha llamado la atención es como el "yo" adulto se va desprendiendo de las cosas. Sin contar mucho solo diré que postales para un niño se entenderá perfectamente y que la parte metafórica de la que antes os hablaba de ir desprendiéndose de las cosas lentamente será algo que gustará mucho y que muchos espectadores se preguntarán ¿y ahora que pasará?
Muchas obras de teatro pueden ser previsibles pero en esta ocasión no, nunca sabes que pasará a continuación, ni que personaje será el encargado de ganarse el corazón del público.
Los mensajes que se van lanzando pasito a pasito a través de todos los minutos que dura son maravillosos y te llegan sobre todo te caen encima cuando te pones cara a cara con esos miedos y esos actores/actrices, es un momento muy bonito y tierno.
Tiene toques de comedia, pero yo diría que esta obra es la realidad la vida misma encima del escenario, y es que a veces es bueno que nos digan las cosas otras personas para que al salir pensemos.
Postales para un niño no deja indiferente a nadie y las personas que vayan a verla saldrán distintas a como han entrado al teatro.
Por más como esta, por más obras humanas y llenas de corazón.
Otra de las cosas que me ha llamado la atención es como el "yo" adulto se va desprendiendo de las cosas. Sin contar mucho solo diré que postales para un niño se entenderá perfectamente y que la parte metafórica de la que antes os hablaba de ir desprendiéndose de las cosas lentamente será algo que gustará mucho y que muchos espectadores se preguntarán ¿y ahora que pasará?
Muchas obras de teatro pueden ser previsibles pero en esta ocasión no, nunca sabes que pasará a continuación, ni que personaje será el encargado de ganarse el corazón del público.
Los mensajes que se van lanzando pasito a pasito a través de todos los minutos que dura son maravillosos y te llegan sobre todo te caen encima cuando te pones cara a cara con esos miedos y esos actores/actrices, es un momento muy bonito y tierno.
Tiene toques de comedia, pero yo diría que esta obra es la realidad la vida misma encima del escenario, y es que a veces es bueno que nos digan las cosas otras personas para que al salir pensemos.
Postales para un niño no deja indiferente a nadie y las personas que vayan a verla saldrán distintas a como han entrado al teatro.
Por más como esta, por más obras humanas y llenas de corazón.
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