Un lago insondable.
Una antigua leyenda del pasado.
Un chico rubio con ojos tan azules como el crepúsculo.
El verano en que su madre se marcha de viaje, Viola aprovecha para visitar a su padre en Irlanda. Aunque echa mucho de menos a sus seres queridos, pronto hace amigos y se adapta a su nueva vida. Además, un día, cerca del lago, conoce a un apuesto y enigmático chico, Ahi, por quien se siente atraída desde el primer momento. Pero hay algo extraño en él, y Viola siente que no es un ser humano normal.
¿Cuál es el secreto que se esconde tras su magnética personalidad?
Viola se adentra cada vez más en la vorágine de este amor imposible y prohibido, un amor que le pone en peligro mortal...
La madre de Viola tiene que salir del país unos meses por cuestiones de trabajo y envía a su hija a Irlanda a vivir con su padre y su nueva familia en el camping que regentan. Allí tendrá que adaptarse a las costumbres de un nuevo país y lidiar con un chico que aparece de pronto misteriosamente y que la cautivará hasta límites insanos.
La llamada del crepúsculo
es una novela juvenil de fantasía romántica. Podría haber estado muy bien, pero
no ha sido en absoluto lo que me esperaba.
La novela está narrada en tercera
persona, aunque el narrador sigue casi únicamente los pasos de Viola. Por esto,
me ha sorprendido bastante que el lector apenas pueda conocerla en realidad.
Viola es la protagonista absoluta
de la historia y en cambio no está nada bien definida. Hasta bien entrada la
novela es imposible saber su edad, porque igual se podría pensar que es una preadolescente
como que es una chica de dieciocho a punto de terminar el instituto. Al
principio se dice que está obsesionada con los videojuegos, aunque luego esto
parece que se olvida, y que lo único que le importa en la vida es tener
Internet. Me ha resultado imposible empatizar con ella porque, aparte de que no
la he entendido en la mayoría de las ocasiones, es una persona egoísta y una
celosa patológica.
El protagonista masculino, que
unas veces se llama Ahi y otras Ali, es un ser que nos presentan como perfecto:
guapo, dulce, misterioso, inteligente, con capacidades artísticas, una estrella del deporte…
pero que en realidad es dependiente y en cierto sentido manipulador.
En general, estos dos protagonistas
no me han gustado nada pero, por suerte, los personajes secundarios salvan un
poco la historia y son los que realmente merecen la pena. Casi diría que están
mejor caracterizados que los principales.
Para mí, la mejor ha sido Katja,
la mejor amiga de Viola, que es la que pone sentido común a la locura de la
trama. A pesar de los feos y los maltratos que le proporciona su «amiga» a lo
largo de las páginas, ella se da cuenta de que algo va muy mal, se preocupa y
trata de ayudarla a salir de ahí.
De todos modos, casi todos los
personajes se tratan mal entre sí por defecto y la relación sentimental entre
los protagonistas es de lo más tóxico que he leído en los últimos tiempos. No
en vano, me resulta curioso que en el título aparezca la palabra crepúsculo,
ya que en cierto modo me ha recordado a la famosa saga de vampiros.
Lo que sí me ha gustado mucho y
ha salvado puntos en la valoración final ha sido la ambientación. Ahí se nota
que la autora tiene mucha experiencia y es capaz de trasladarnos a los bosques
y lagos de Irlanda con todo lujo de detalles. Los colores, los sonidos, el modo
en el que el clima afecta a los paisajes… todo ello unido en descripciones
preciosas que me ayudaban a regresar a la historia cuando había perdido el
interés.
También me ha parecido muy
interesante que introduzca en la historia un poco de la mitología y la cultura
tradicional irlandesa.
La llamada del crepúsculo
es la primera incursión de Sarah Lark
en la literatura juvenil y me aventuraría a decir que no es una gran lectora de
este género. La historia empieza bien, pero se va volviendo más enrevesada y
lenta a medida que avanza. Además de estar llena de clichés, el estilo me ha
resultado un poco extraño, no sé si es cosa de la traducción o del texto
original, pero es como si hubieran tratado de simplificarlo para cumplir el
mito de que la literatura juvenil tiene que ser fácil. Desde luego, no me ha
dado sensación de estar escrito por una autora consagrada. No ha sido una
lectura para mí y me da pena porque en principio tenía buenos ingredientes para
convertirse en una historia bonita e interesante.
—Opinión de Inés Díaz Arriero—
No sabía de este libro. Pero por lo que cuentas, no me llama.
ResponderEliminarBesotes!!!
Tengo pendiente volver a leer a la autora, que hace mucho que la leí ya.
ResponderEliminarBesotes