Una premiada obra llena de intriga, drama y comedia negra.Bruno, Sergio y Raquel, tres hermanos distanciados por el devenir de la vida, son citados tras la muerte de su tía Enriqueta para el reparto de su herencia, a pensar de no haber tenido nunca una relación cercana a la fallecida. Para su sorpresa, a cada uno de ellos le es concedido mucho más de lo que imaginaba.Sin embargo, cuando van a firmar la aceptación de la herencia, el albacea les lee el final del testamento, que contiene una sorpresa que ninguno de ellos podría haber imaginado jamás.Ahí comenzarán las dudas, envidias y rencores del pasado a salir a la luz que desembocarán en un sorprendente e inesperado final.Intriga, drama y comedia negra se citan en este texto que obtuvo el Premio Nacional de Teatro Ciudad de Castellón y la Selección Cimientos 2019 en el IATI Theater de Nueva York.
Adoro las obras de teatro con una escenografía sencilla y austera, pero con un texto que te remueve hasta las entrañas. Me encantan las obras que, dentro del humor y la comedia, enmascaran dolor, silencios y secretos familiares que saldrán a la luz, pero de un modo inesperado.
Si hay una palabra maldita en la familia se llama: la herencia. Es escuchar esta palabra y no saber si ponerme a reír o llorar, ya que todo lo que representa siempre saca a la luz lo mejor y lo peor de cada miembro del núcleo familiar.
Así que sentía mucha curiosidad por conocer a Bruno, Sergio y Raquel. Pero me moría por conocer la visión que ellos tres tenían de la tía Enriqueta y la forma en la que llevarían el reparto y el duelo.
La pluma de David Barreiro describe con sus luces y con sus sombras la España vaciada. El eco amargo de la soledad en estos pueblos o aldeas sin apenas casi habitantes y en donde los sueños se evaporan en un abrir y cerrar de ojos.
No es la primera obra que veo de David, pero sí algo destaco y admiro de él, es la manera en que se conectan y se cohesionan la el texto y la dramaturgia sobre el escenario
También, David es brillante a la hora de ir enlazando presente, pasado y futuro. El dramaturgo y autor juega con el tiempo a las mil maravillas, cosa que es muy complicado de realizar, y más en una obra de estas características.
Soy partidaria de hablar del pasado para no repetir los errores en el presente y en el futuro. Me gusta preguntar sobre el pasado para poder entender mejor la historia; y, si hay algo que no me ha sorprendido y al mismo tiempo, sí, es ver como en todas las familias, hay siempre un tema delicado, un tema desconocido, etc.
Si hubiese tenido la oportunidad de conocer a la tía Enriqueta, no habría dudado en preguntarla el motivo de su resquemor con la hermana u otros detalles desconocidos de la familia.
Me he sentido un poco triste, ya que muchas veces a las personas mayores no se les escucha, se les aparta y la vida de ciudad y las prisas nos devoran.
He sentido un pellizco en el corazón, puesto que cuando tuve uso de razón, o fui lo suficiente mayor para poder preguntar algo a mi abuela, ella no pudo responderme, pues tenía demencia senil.
Así que me enfade con Bruno, Sergio y Raquel. También, reflexioné sobre la soledad en las personas mayores. Muchas personas creen que con ir a verlas tres o cuatro minutos para cumplir es suficiente, o ellos creen que lo es. Pues yo pienso que no; hay que estimularlas, hay que animarlas, pasar tiempo de calidad, y no de cantidad con las personas mayores.
Fernando Coronado, Jorge Pobes, Isabel Torrevejano y Jose Carretero, con un dominio magistral, encarnan la fragilidad humana y nos ofrecen una gran lección de arte dramático.
La sinergia tan bonita que crean sobre el escenario es sobrecogedora. El elenco ha creado un mosaico vibrante y que cada actor es un universo: sus formas de ser, sus acentos y sus temperamentos, lejos de dividirlos, sellan la autenticidad de la obra.
No es un spoiler, pero tenía que decirlo o reviento. Me ha emocionado el homenaje que hacer David hace al teatro rural, a esos festivales itinerantes que solo ocurren una vez al año, a esa magia que saca de la cotidianeidad a los habitantes de cualquier sitio olvidado.
Aunque es curioso como los tres hermanos y el albacea son amantes de la cultura en alguna de sus facetas como son: la música, teatro, museos…
El humor que se utiliza es capaz de enmascarar el dolor y la soledad. Aunque, cuando empiezan a salir las verdades, estas saldrán disparadas sin anestesia. Y, es que los reencuentros son lo que tienen, que cualquier cosa no tardará en salir a la luz y cuando se trata de dinero nos hacen convertirnos en un monstruo.
Siento que conocemos a la perfección a todos los hermanos y el albacea, pero del hermano mayor solo vemos la punta de un iceberg muy profundo, aunque creo que se ha querido dejar así, para que la gente pensase lo que quisiera, al igual que el secreto de la tía Enriqueta, aunque alguna pista vemos.
Pepe Ocio ha hecho un gran trabajo. Logra que el texto brille de una manera única.
La herencia es un eco que persigue a muchas familias. Es un recuerdo de que el tiempo es nuestro mayor tesoro y no el dinero. Es el teatro que me gusta, con el que disfruto y con el que no salgo indiferente.
De las mejores obras de este 2025.

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