¿Cuál fue el primer aspecto de la danza histórica coreana que más te impactó y te hizo interesarte por ella? ¿Quién fue tu punto de referencia cuando comenzaste a interesarte por la danza histórica coreana? ¿Cómo te sientes al ser considerado hoy en día una referencia esencial en el mundo de la danza?
Tuve mi primer encuentro con la danza tradicional coreana cuando tenía 15 años, después de haber comenzado con la danza pop. Lo que más me impactó fue la respiración larga y sostenida, y el peso de la energía en el movimiento. También me conmovió profundamente la intensidad emocional de la música coreana. Pensé: "Si voy a bailar, debería ser danza coreana".
A medida que me adentraba más, fui muy influenciado por la primera y segunda generación de bailarines coreanos de la posguerra. Song Beom fue uno de los grandes maestros de la primera generación, y tuve un impacto especial por parte de Cho Heung-dong y Kook Soo-ho de la segunda generación. Mientras estudiaba en la Universidad Nacional de las Artes de Corea, una escuela con un enfoque muy práctico, recibí la guía de profesores como Jung Seung-hee y Kim Hyun-ja, además de muchos otros instructores notables que ayudaron a formar mi base.
En cuanto a ser considerado una referencia, todavía siento que me queda un largo camino por recorrer. Me siento honrado por esa idea. Pero sigo investigando, enseñando y explorando el potencial creativo de la danza coreana.
-Como un gran embajador de la danza coreana, ¿qué aspectos esenciales de la cultura y el espíritu coreano sientes que debes compartir a través de tu arte y tus espectáculos? ¿Hay algún aspecto fundamental de la danza histórica coreana que se resista a actualizarse, o que haya sido especialmente difícil de adaptar a los tiempos modernos?
Para mí, la danza coreana es una danza espiritual. Su esencia radica en la profundidad, donde la emoción y la empatía se vuelven vitales. Es una danza que invita a la presencia de lo divino, un momento de unión con el espíritu. Desde una perspectiva puramente basada en el movimiento, la respiración, las líneas y la belleza de Jeong-Jung-Dong (정중동; movimiento en la quietud y quietud en el movimiento, disciplina interior y equilibrio armonioso) representan el carácter espiritual y equilibrado de la danza coreana.
Naturalmente, adaptar los elementos tradicionales a contextos modernos presenta desafíos. A menudo me pregunto si debo presentar la tradición tal como es o reinterpretarla. Cada obra plantea sus propias preguntas: ¿cuánta transformación es demasiada? En, Sin, Sinawi, quise preservar el espíritu de la tradición mientras lo reimaginaba a través de una lente chamánica, inspirado por el Jindo Ssitgim-gut* (진도씻김굿) de mi ciudad natal. Incorporé elementos como telas colgantes, tomando referencias de la danza tradicional Dosalpuri** (도살풀이), pero llevándolas sobre los hombros de una manera nueva.
Para mí, la modernización debe mantenerse arraigada en la tradición. No se trata de rechazarla. Existen quienes preservan la tradición, y yo también me esfuerzo por hacerlo, especialmente con formas clásicas como el jeongjae*** (정재), las danzas tradicionales y folclóricas, donde la esencia debe conservarse. Sin embargo, si algo logra conectar con muchas personas, con el tiempo se convierte en tradición. Por eso, busco una tradición que se adapte al presente y que hable a las audiencias de hoy.
Jindo Ssitgim-gut* (진도씻김굿): Ritual que se celebra para rezar que el espíritu del difunto olvide todos los rencores y ascienda al cielo felizmente, y para que quienes siguen vivos puedan vivir en paz.
Dosalpuri** (도살풀이): Danza chamánica coreana que refleja la creencia espiritual y psicológica de invocar espíritus inquietos, tratarlos con respeto mediante un ritual, y enviarlos en paz para recibir bendiciones.
Jeongjae*** (정재): Forma de danza cortesana coreana que combina danza, música y presentación visual.
- Antes como bailarín y ahora como creador y coreógrafo, ¿qué obstáculos has enfrentado al momento de crear tus espectáculos?
Crear con otras personas y hacer coreografías siempre ha sido una parte emocionante y profundamente gratificante de mi vida. Pero los mayores desafíos siempre han sido el tiempo y el presupuesto. Tener un gran presupuesto no garantiza necesariamente una buena obra, pero es innegablemente importante.
Cada vez que creo algo nuevo, enfrento dificultades. Siempre ha sido así. Pero creo que, cuando supero esos desafíos, lo divino me ofrece algo nuevo a cambio.
-Desde tu primera incursión en el mundo de la danza hasta hoy, si pudieras describirte a ti mismo como un movimiento, un paso o un elemento de la danza coreana, ya sea danza urbana o danza histórica coreana, ¿cuál sería? ¿Y por qué?
Me cuesta definirlo con demasiada precisión, porque nombrar algo a veces puede limitarlo. Si tuviera que responder en términos de una sensación, diría: libertad.
Hay una pintura coreana muy conocida de Kim Hong-do titulada Mu-dong (무동, Niño que baila). En ella, un joven bailarín se mueve con alegría en el centro, rodeado de instrumentos por todos lados. Captura un momento de éxtasis. Esa imagen refleja lo que aspiro a lograr: un movimiento espontáneo, lleno de vida y sin ataduras.
* Enlace a la pintura que menciona
¿Hay alguna barrera de la danza coreana que desees derribar cuando tus espectáculos se presentan en Occidente? ¿Crees que el público occidental comprende todo lo que creas, o se deja llevar más bien por esas coreografías hipnóticas y esa puesta en escena tan espectacular?
La principal barrera que quiero romper está relacionada con la empatía. La danza folclórica coreana no debería quedarse solo en los museos. Quiero que conecte con las personas de hoy, a través del movimiento creativo y el sentimiento compartido. Eso es lo que busco lograr.
No creo que la danza deba necesariamente ser comprendida. Se trata más de ese momento de “¡wow!”, de algo que conmueve, algo bello. Es una apreciación visceral. Pero también creo que los mensajes son importantes, por eso reflexiono mucho sobre ello durante el proceso de creación.
Mi próxima pieza, In Time, es una obra más contemporánea, pero estoy entrelazando elementos tradicionales en ella. Los componentes visuales y temáticos son importantes, pero también lo es esa sensación de que esta danza proviene del pasado. Durante 12 años fui bailarín principal en la Compañía Nacional de Danza de Corea, y esa experiencia dio forma a mi interés por las formas tradicionales y contemporáneas a la vez.
-Si pudieras volver al pasado sabiendo hasta dónde has llegado hoy, ¿qué te gustaría decirle a ese “yo” del pasado, más joven? (Sobre la danza y todo lo que has logrado).
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