Hamid, un profesor sirio en el exilio, forma parte de un grupo secreto que persigue a los dirigentes fugitivos del régimen. Su misión le lleva a Francia tras la pista de su antiguo torturador. La venganza con la que lleva años obsesionado está a un solo paso. Basada en hechos reales.
—ESTRENO 7 DE FEBRERO-
La red fantasma de Jonathan Millet es una película basada en hechos reales. Cuando terminé de verla, me hice un montón de preguntas, pero la que me sigue persiguiendo es: ¿Por qué Europa no actuó ante la presencia de criminales de guerra sirios en su territorio? Es evidente que si Francia o Alemania hubieran sufrido crímenes similares, no habrían dudado en perseguir a los culpables, sin importar dónde se escondieran.
Siento que Europa miró hacia otro lado y no se quiso inmiscuir en el conflicto sirio, ya que les pillaba lejos y no les interesaba por diversas cuestiones.
Pero también siento que La red fantasma va un paso más allá del ámbito cinematográfico y se convierte en un tributo a todas las personas que no pueden contarlo, a esas personas que desaparecieron y a los que luchan por hacer justicia, sin importarles lo que eso conlleva.
La película crea una atmosfera sublime que está repleta de tensión, y los silencios pesan más que los diálogos. Hamid, con su aparente tranquilidad, sus silencios y sus preguntas calculadas, tiene tantos demonios internos y cicatrices (internas y externas) que nunca sabes lo que podrá hacer a continuación.
Este personaje me resultó fascinante en contraposición del de Sami Hanna, el cual, para mi gusto, era un cobarde y de estos hay muchos en la historia mundial. Pero, la actuación de Adam Bessa me impactó profundamente, y es que transmite tanto con tan poco que me fascinó (sus miradas y silencios traspasan de mil maneras).
Es el tipo de personajes que son complicados de interpretar, pues creo que te pueden devorar emocionalmente y arrastrar. No había visto nada y desconocía a Adam Bessa y me ha encantado.
En contraposición, Tawfeek Barhom, te hiela la sangre con su actuación tan fría y calculadora. Me resultaría un reto interpretar a alguien de la talla de Sami Hanna. Creo incluso que se me revolvería la tripa, pero hacer un personaje del que sabe que causará rechazo y hacerlo de esta manera, chapeau.
Siria ha vuelto a las noticias, y aunque se vuelve a desdibujar lentamente para dar paso a otras actualidades mundiales, espero que esta película sirva para no olvidar, y que se pueda hacer algo con las personas que siguen campando a sus anchas por todo el mundo.
Aunque los escenarios de la red fantasma son pocos y repetitivos, me gustaría destacar el uso de objetos tan variados como es un libro de un poeta sirio o un reproductor, para que nos olvidemos del lugar en el que se encuentra Hamid y nos centremos en esos objetos y sus poderosos significados. Pues, algunas de las cosas que aparecen en esa escena marcarán algunas decisiones o subtramas.
El ritmo narrativo de la producción es asfixiante y continuamente están ocurriendo cosas, aunque solo sea con una sola pregunta o con una respuesta, pues estás conteniendo el aire continuamente.
No me quiero olvidar de las mujeres de la historia, Julia Franz Richter, Hala Rajab y Sabrina Ould Hammouda, etc. Pues, ellas son muy importantes para entender algunas de las decisiones que toma Hamid y algunos giros inesperados de guion. Sus personajes aportarán frescura y dinamismo a la trama.
No deja indiferente y una vez que termina esta película cae como una losa. Me ha encantado conocer esta historia basada en hechos reales.
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