39 años son muy pocos si es la edad a la que te vas a morir, o la edad a la que vas a perder a tu mejor amiga. En el velatorio de Elena se encuentran todos, familia, amigos y desconocidos. Adela no puede evitar sentir que todo es absurdo y ficticio. La luz baja, los arreglos florales y el crucifijo que cuelga detrás del ataúd no tienen relación alguna con su querida Elena. Aturdida por el presente, visualizando un futuro al que le falta algo, Adela se embarca en un viaje hacia un recuerdo: un otoño lejano, diez años atrás, donde una Elena joven, ocurrente y viva la espera en una casa de playa para leer novelas de detectives y andar en bicicleta. Juntas las dos con su amiga Luci y su bebé, pasarán unos días entre música, charlas y algún sobresalto.Pero ningún fin de semana dura para siempre y Adela no está prrparada para despedirse otra vez.
Cuando llega la hora de partir, es Paquito quien les muestra la manera de evadirse un rato más. Adela va a extrañar a Elena siempre, pero no hoy. Hoy Elena está ahí al lado de ella
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Ana Guevara y Leticia Jorge han escrito y dirigido una película con un lenguaje mágico y único. Las conversaciones son tan delicadas que te atraviesan todas las terminaciones nerviosas y los personajes tan reales que te encantaría formar parte de este círculo que han creado.
Las directoras, con esta película, han logrado transformar algo tan doloroso como es una muerte de una amiga duela menos y la experiencia sea catártica.
Mientras que en muchas películas la muerte parece ser una palabra “tabú”, en esta producción se aborda de manera tan natural que resulta chocante.
Agarrame fuerte con un elenco que destaca por autenticidad y espontaneidad. Chiara Hourcade, Victoria Jorge y Eva Dans nos regalan unas actuaciones maravillosas, repletas de emociones e incluso en sus silencios resultan encantadoras.
Estas tres actrices dan un paseo por la memoria y nos regalan un retrato honesto sobre la amistad.
El principio de la película, los primeros quince minutos se me hicieron lentos y densos. La atmosfera tan triste se apoderó de mí, pero al salir del tanatorio y seguir las huellas de Chiara Hourcade en su evocación y memoria, me introduje en bellos lugares repletos de nostalgia.
Me encantaría que alguien me recordase como lo hacen Adela y sus amigas.
Pues la amistad en agarrame fuerte resuena incluso en las miradas silenciosas en el espejo o entre los personajes.
Incluso los sobresaltos de esta película te resultan significativos para entender algunas cosas.
La atención al detalle es una de las grandes virtudes de esta producción. Desde la elección de la paleta de colores hasta la composición de cada plano, todo está pensado para transmitir una emoción particular. La escena inicial, con las niñas jugando y despreocupadas en la antesala del velatorio, es un ejemplo claro de cómo las directoras utilizan la imagen para anticipar lo que está por venir. La combinación de una estética mágica y una narrativa sutil crea una experiencia cinematográfica extraordinaria.
Agarrame fuerte es una experiencia conmovedora. Las directoras nos invitan a reflexionar sobre la amistad, la vida y la muerta de manera brutalmente directa y honesta, en la que sumamente difícil no sentirse identificado con la trama y con los personajes. Esta producción para mí sería el plan perfecto para acompañarme en un duelo, pues nos recuerda lo efímera que es la vida y que la memoria es un gran regalo que nos permite no olvidarnos de las personas que ya no están con nosotros.
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