OPINIÓN DE LEMON TREE DE RACHEL WALDEN

Robarle un conejo a un mago no parece la mejor forma de impresionar a un hijo, pero, por intentarlo, que no quede en esta crónica de una visita a la feria que se convierte en una alocada road movie por el Estado de Nueva York en pleno día de Halloween. Mucho grano en 4:3, estética ochentera y un montaje frenético dan forma a una historia sobre magias no demasiado mágicas que convierten, sin mediar hechizo por medio, a niños grandes en pequeños adultos.

En el Festival de cine Márgenes pude ver este cortometraje y me trastocó enormemente. Es tan crudo como mágico, es tan dulce como ácido, tan oscuro como luminoso...

Rachel Walden nos invita a un road trip que va a cambiar la vida del protagonista en un abrir y cerrar de ojos.

Un niño que tenía que serlo y se convierte en el adulto, en la voz serena y la mirada taciturna. Un corto que en pocos mínutos nos narra más cosas de las que pensamos, porque se nutre de imagenes mudas, de metaforas y de señales que, puede que no veamos en un primer momento, pero que al digerir lo que acabamos de ver todo encaje.

Lemon tree es tan impredecible como ganar un conejo en una feria con triquiñuelas, es tan honesta como una patada en el estomágo que no ves venir, es tan...

Son muchas cosas, pero me deje seducir por este viaje a casa. Hay muchas cosas que Rachel Walden nombra, como es el caso de la madre del protagonista, pero a la que nunca vemos o nunca sabremos la relación que tiene con su marido o su hijo.

Distintas paradas a casa y diferentes realidades. Lo que antes se dibujaba como un padre y un hijo de apariencia normal se va vislumbrando como algo más oscuro.

Gordon Rocks me ha cautivado. Adoro cuando los actores hablan con la mirada y expresan mucho más que con palabras. Gordon con ese silencio, pero con sus acciones nos demuestra demasiadas cosas y nos hace intuir mucho más de lo que vemos.

Hay varias escenas que me dejaron con las pocas palabras que dice ¿Por qué? ¿Qué pasa?

De esos cortos que no olvidas facilmente.