Londres, 1662
Lawrence Skoefield, un joven acechado por una misteriosa enfermedad, comienza a trabajar como aprendiz de encuadernador bajo la tutela del solitario y arisco John Advent, quien insiste en una serie de normas de obligado cumplimiento: cerrar puertas y postigos mientras brille el sol y jamás permitir que entre nadie en la biblioteca.
Cuando dos mujeres son condenadas por brujería en el condado de Suffolk y el maestro Advent recibe un encargo que lo obliga a viajar, la casa se despierta, hambrienta de sol. Las puertas y los postigos se abren, desafiando a cualquier llave. Una mañana, a Lawrence lo despierta el espectro de una joven de melena y ropajes pálidos que lo conduce hasta el manuscrito más valioso y mejor escondido de John Advent…
Terminé de leer Las Diurnas hace una semana,
más o menos. Pero he estado retrasando la escritura de la reseña porque,
honestamente, no me veo con capacidad de expresar lo muchísimo que me ha
gustado esta novela.
Los siglos XVI y XVII en Inglaterra son una época que me
resulta muy interesante y me atrae mucho tanto para leer ficción, como para ver
documentales o leer no ficción.
Así que, en cuanto vi el anuncio de Las Diurnas,
supe que lo tenía que leer. Ya de primeras porque casi todo lo que he leído de Andrea
Tomé me ha encantado. Y luego porque la trama está inspirada en los juicios
reales de Bury St. Edmunds y ambientado entre Londres y el condado de Suffolk de
mediados del XVII.
Y podían pasar dos cosas: que me encantara o todo lo
contrario, dado que he leído bastante sobre la época. Fue la primera. Me ha
fascinado y ha escalado a lo más alto de mis lecturas favoritas del año (y de
la vida, creo). Ya te adelanto que no le voy a sacar ni una pega. Lectura cinco
estrellas, sin ninguna duda.
Para empezar, la estructura de la novela me parece original
y maravillosamente bien construida. Está dividida en varias partes y narrada en
dos tiempos (o tres, realmente). Es una historia contada dentro de otra
historia que a su vez se enmarca en otra historia. Y tiene diferentes
narradores para cada una de las partes. Además, incluye un extracto de la
transcripción del juicio y un coro griego. Y, al final, una pequeña nota de la
autora, en la que aclara algunos aspectos del tratamiento de la parte
histórica.
Al inicio nos encontramos en Londres, en una situación
bastante confusa. Lawrence Skoefield es un aprendiz de encuadernador que padece
una misteriosa enfermedad que lo hace vulnerable a las amenazas de la sociedad
de la época. Su maestro es un hombre un tanto huraño, cuya rutina se rige por
unas estrictas normas que ahora también debe acatar Lawrence. Pero un día el
maestro debe ausentarse y las normas son incumplidas hasta conducir a Lawrence
a este estado de desconcierto.
Partiendo de aquí, la trama nos conduce veinte años atrás,
para que Avis Crowfoot, una joven curandera, nos narre cómo fue su vida y cómo
terminó acusada de brujería. Una vida llena de muertes, de maldiciones y
siempre condicionada por la relación de codependencia que mantuvo con su prima
Cecily.
No quiero explicar mucho más de la trama porque creo que
merece la pena irla descubriendo de primeras según se va leyendo el libro.
Lo que sí puedo decir es que se aborda todo lo que había detrás
de la realidad de las mujeres que en aquella época fueron acusadas de brujería.
La relación entre las protagonistas es increíblemente compleja, turbulenta, intensa y las decisiones que van tomando dan lugar a hacerse muchas preguntas.
El resto de los personajes, con mayor o menor peso,
acompañan y aportan matices a esta relación, al mismo tiempo que añaden aun más
información sobre cómo era la sociedad de la época.
La ambientación envuelve y absorbe, aportando ese velo de
oscuridad, de inquietud, de tensión constante e incluso de algún que otro toque
de realismo mágico. Además, aparecen reflejados personajes y documentos históricos,
claro, y podemos contemplar como era la vida y la sociedad de entonces, descrito
todo de un modo tan bello, a pesar de lo sangriento del asunto, que casi me dio
la sensación de que estaba viendo las escenas en un cuadro. Se nota todo el
trabajo y la grandísima labor de documentación que hay detrás de la escritura
de esta novela.
Y el final… ¡ay! Realmente no me lo esperaba y fue perfecto.
Las Diurnas ha sido el debut de Andrea Tomé
en la novela histórica y yo espero que no sea la última vez que la leamos
en este género.
A lo mejor la reseña te ha parecido un poco caótica, lo
siento. Me gustaría poder hablar y hablar durante horas sobre la novela, pero creo
que lo mejor que puedo hacer es recomendarte encarecidamente que la leas, que
te sumerjas en sus páginas y te dejes envolver por su aura oscura e inquietante.
Las Diurnas me ha aparecido una lectura muy
interesante, evocadora, compleja y emocionante. La devoré en apenas tres días
porque no conseguía dejarla, no conseguía salir de la historia ni siquiera
cuando estaba haciendo otra cosa y no podía leer. Y, al cerrarla, me dejó una
sensación de duelo muy intenso, porque la había disfrutado tantísimo y me había
atrapado de tal manera, que me hubiera quedado allí dentro durante muchísimo
más tiempo. La releeré, segurísimo.
Por si queda duda: recomendadísima.
Hola :)
ResponderEliminarNo soy muy fan de la novela histórica pero ya he leído a Andrea y puede que le de una oportunidad con este libro
un beso