Hay un niño nuevo en la clase de cuarto.
Yo no sabía que los compañeros nuevos podían llegar en jueves. Que podían aparecer así, de la nada.
Su nombre es raro y parece avergonzado cuando todos lo miran. Eso sí, nadie sabe si ha enrojecido, porque Uhrq tiene otra rareza además del nombre: ¡que es de color verde!
Es mitad de curso. Y mitad de semana. Sin embargo, acaba de llegar un alumno nuevo a la clase de cuarto.
La situación ya es bastante inusual de por sí, pero encima el nuevo compañero es totalmente diferente a los demás. Tiene un nombre raro, una apariencia de lo más extraña y nadie sabe muy bien de dónde ha salido. A la vista del resto de niños, parece totalmente un extraterrestre.
Así que nadie se acerca a Uhrq, ni le dirigen la palabra, ni le invitan a formar parte de los partidos de fútbol.
Ana tampoco se atreve a acercarse a su nuevo compañero. Le da miedo lo diferente que es y le preocupa lo que sus amigos de clase puedan pensar de ella si los vieran juntos.
Sin embargo, la duda empieza a aparecer en su cabeza un día que se encuentra a Uhrq en el parque, cerca de casa de sus abuelos. Y serán precisamente ellos, totalmente libres de prejuicios, quienes la animen a darle una oportunidad a su nuevo compañero.
Poco a poco, Ana irá descubriendo lo genial que es Uhrq, la cantidad de cosas nuevas que puede aprender hablando con él y se dará cuenta de que nadie merece que le dejen de lado por ser diferente.
A través de la historia de Uhrq, Sara Sánchez Buendía nos habla de lo que sucede cuando alguien llega nuevo a un grupo, sobre todo si ese alguien es diferente a la mayoría, bien sea por su aspecto, por su procedencia o por cualquier otra circunstancia. El miedo y la fascinación por la novedad, el posible rechazo que el desconocimiento o los prejuicios pueden generar… Y luego, cuando los abuelos de Ana la animan a darle una oportunidad a Uhrq, la acompañamos mientras va descubriendo lo enriquecedor que puede ser conocer a nuevos amigos y aprender acerca de esas diferencias que tanto miedo daban al principio.
Esta lectura me ha parecido una apuesta preciosa, necesaria y con un enfoque bastante original. La historia fluye sola, nos está contando la historia de un extraterrestre que ha llegado a una clase de un colegio de la tierra y le cuesta hacer amigos. El estilo es natural, cercano y ameno, acorde con lo que esperamos al abrir una novela infantil. Y el mensaje de integración que permanece cuando cierras el libro es importantísimo.
El libro trae ilustraciones a color, hechas por Silvia Cabestany.
Recomendado a partir de 8 años.
Pues tomo nota para regalo porque pinta muy bien esta historia.
ResponderEliminarBesotes!!!