ENTREVISTA CON HELEN RYTKöNEN (DESDE EL ROMPEOLAS)

- Mil gracias por esta entrevista sobre el rompeolas. Mi primera pregunta es acerca de la aplicación que conecta a Vera con Londres y algún que otro personaje ¿Hubiese cambiado algo de la historia si Nigma y Vera se conociesen sin máscaras? La mascara que se utiliza en las actividades de esta red sociales ¿crees que también representa a esa privacidad que no disponemos?

Creo que, en su esencia, la historia no hubiese cambiado. Ellos se atrajeron desde el primer momento por mucho que hubiese máscaras por medio, y este abalorio solo fue un elemento para causar curiosidad y acrecentar la excitación. Las pieles hablan, las voces pueden ser instrumentos más seductores que el ver un rostro, así que no, no creo que la historia hubiese cambiado.

Reconozco que introduje el detalle del club privado con anonimato porque en ese momento era la moda en romántica. Y no me chirrió, porque al ser de Canarias y estar acostumbrada al carnaval, el hecho de ir disfrazado y que no se reconociese a la persona (ya fuera por una máscara, un maquillaje o cualquier otra cosa), me resulta algo absolutamente normal. A pesar de eso, sí que creo que en circunstancias normales el hecho de utilizar máscara en un evento como este puede hacer que las personas se desinhiban y que, por lo tanto, viste de una privacidad deseada en un mundo como el de hoy en día.

- Vera y algunos de los momentos especiales y relevantes del libro ocurren en las alturas y con vistas hacia áreas de agua o edificios significativos ¿por qué estos lugares para estas escenas que marcan ese antes y ese después?

Tanto el mar como las alturas son lugares que invitan a la introspección y al recogimiento, quizá por esa quietud que rodea a estos dos tipos de sitios. Los uso habitualmente para dar una pausa a la protagonista, para ese momento en el que necesita poner en orden sus pensamientos, profundizar en sus cosas y, muchas veces, ser testigo de revelaciones que quizá en otros lugares no se darían con tanta facilidad. 

- ¿Por qué nos cuesta tanto perdonarnos a nosotros mismos ante algo que ocurrió y no tuvimos la culpa?

Porque en el ser humano la culpa es algo inherente a nuestra esencia, es lo que nos imponen en nuestra educación, en vez de hacernos libres. ¿Cuánta culpa nos echamos a cuestas por cosas que no son nuestras? Wayne Dyer, en su libro “Las zonas erróneas”, habla de gestionar nuestras emociones primero y no cargar con las del resto. Cuando interiorizas esto, vives mucho más feliz y libre. Per la realidad es que cargamos con todas las culpas del mundo y somos los primeros en no perdonarnos, cuando quizá con otros lo hacemos con mucha más facilidad.

- Vera es una persona que sueña o tiene pesadillas ¿cómo sería el mundo si no tuviésemos sueños o pesadillas? (descansaríamos mejor...)

Pues sí, probablemente dormiríamos mejor, pero también dejaríamos de tener señales de nuestro subconsciente, que es lo que son esos sueños o pesadillas. Tampoco soy una persona que da demasiada importancia a lo que nos viene a la cabeza durante la noche, pero no me gustaría renunciar a esas cosas que nuestra mente fabrica cuando no está en modo on.

- ¿Por qué nos cuesta tanto llamar a las cosas por su nombre? (en determinadas circunstancias)

Para no enfrentarnos a cosas dolorosas o complicadas. Por cobardes, seamos honestos. La tendencia habitual es tapar todo eso que no nos gusta hasta que, en algún momento, nos estalla en la cara. Y eso le pasa a Vera: todo lo que le ocurre en Londres, le hace tener que enfrentarse a esa gran tragedia familiar que no la ha dejado seguir adelante como una adulta feliz.

- La gastronomía es otro personaje importante en esta historia ¿tenías pensado el menú para cada momento o fluyo?

Me considero una sibarita de la gastronomía. No soy un portento en la cocina (mi marido sí lo es), pero uno de mis hobbies es comer. Por eso, en casi todas mis novelas, se da importancia a los menús de los protagonistas. Y en Desde el rompeolas, al ser la primera, incluso la protagonista es cocinillas. Todos los platos que forman parte de las escenas son de esos que me gustan, que disfruto en casa o que pido en mis restaurantes favoritos. Creo que la vida mejora increíblemente cuando se acompaña de una buena comida y una buena bebida.

- Maeve es de esos personajes entrañables que se te meten en la piel y te cautivan ¿Cómo fue dar vida a esta segunda madre para Vera? (porque hace cosas que debería haber hecho su madre).

Reconozco que, sin quererlo, siempre sigo el patrón del viaje del héroe, con la figura del consejero que ayuda al protagonista en su periplo hacia el éxito. En esta primera novela, Maeve es esa presencia especial que influye en Vera y le da seguridad. Además, tiene ese punto paranormal que siempre quise incluir en una novela mía. La inspiración me la dio muy joven Colleen McCullough, en una deliciosa novela llamada Las señoritas de Missalonghi, donde me impactó mucho una secundaria algo fantasmagórica. 

Quizá son estos secundarios donde vuelco la necesidad de haber tenido una presencia así en mi vida, y en mis novelas es habitual que haya un personaje así (Fran en La niebla en mí o Armi en Tras la calima).

- Crees que Vera tras todo lo que ha ocurrido ¿dejará de ser la lider y dejará el rol a otro/a? 

No, ella siempre será una persona líder, es inherente a su forma de ser. Pero lo será de forma natural, y no tendrá que imponerse ese rol como hasta ese momento había tenido que hacer. Con Marcus, existirá un coliderazgo, que es mi visión de la pareja, donde a veces los dos decidirán, y otras cederán ese rol al otro según la circunstancia.

- Me di cuenta de que a Vera le gusta estar entre desconocidos y escuchar esos trozos de vidas ¿hablará de su pasado con más gente? ¿por qué siempre ante desconocidos nos fascina escucharles?

Vera es una persona abierta que seguro que, con el tiempo, podrá contar su historia. Le costará, porque la lleva ocultando incluso de sí mismo durante muchos años, pero verá que podrá ayudar a otros compartiendo sus aprendizajes. 

Yo soy una enamorada de escuchar historias que no tengan nada que ver con mi vida, siempre atenta a ver esos requiebros que hacen de historias normales algo excepcional. Me pasa mucho en las firmas de libros: de labios de las lectoras, he escuchado historias tremendas en las que la realidad supera a la ficción.

- Si este libro fuese una canción, un plato de comida y un sentimiento…

La canción es The story, de Sara Ramírez; el plato de comida, un steak tartar de wagyu de textura sedosa y un picante perfecto; y un sentimiento… la esperanza.

Vera adora la comida, su trabajo y nunca dice no a un plan divertido. Vera es arrolladora, fuerte y valiente, pero oculta secretos dolorosos bajo su sonrisa. Vera se muda a Londres a liderar un nuevo proyecto, sin saber que allí todo cambiará, y que tendrá que tomar las decisiones más importantes de su vida.

Marcus es exitoso, divertido, un poco pirata, y siempre cae bien. Marcus vive la vida sin pensar demasiado en ella, porque si lo hiciese no podría perdonarse su gran error. Nunca piensa en la chica a la que traicionó allí, cerca del mar de su infancia.

Vera y Marcus se encuentran y se miran a los ojos por primera vez después de veinte años. Y todo se desborda. ¿Se permitirán creer en la magia de las segundas oportunidades?