Es 1761, y una niña diminuta y de aspecto bastante extraño nace en un pueblo de Suiza. La llaman Anne Marie, aunque no tardarán en referirse a ella como Little.
Pronto la tragedia se cierne sobre su vida: sus padres mueren, y su única salida es convertirse en aprendiz y sirvienta de un excéntrico modelador de cera, el señor Curtius. Espléndidas cabezas de cera la observan desde todos los ángulos del taller: Curtius las rellena con trapos y serrín, y las vende por encargo a los hombres más ricos de Berna.
De la Suiza de su infancia a París, donde funda con el señor Curtius el primer museo de cera, y más tarde a Versalles, para asistir a María Antonieta en el parto, esta es la asombrosa historia de la modeladora de cera más ilustre de la Revolución francesa. Porque la revolución exige cabezas para su incansable guillotina y solo ella puede conseguirlas.
*Traducción de Lucía
Barahona.
Me resulta un poco difícil encajar Little en un subgénero
literario concreto. Podría decirse que es una biografía novelada, ya que nos
presenta la vida de una persona real; y ficcionada, pues el propio autor nos
confiesa en una nota al final que se ha permitido ciertas licencias para
rellenar los huecos que los protagonistas dejaron borrosos en sus memorias.
Pero también es una especie de cuento oscuro y al mismo tiempo una novela
histórica, situada en un contexto histórico muy específico.
No lo sé.
Lo que sí tengo claro es que he disfrutado muchísimo de esta
lectura.
Little es un apasionante recorrido por la vida de Anne Marie Grosholtz,
que más tarde terminará siendo mundialmente conocida como Madame Tussaud. A
través de las páginas de esta novela, acompañamos a Marie desde su nacimiento
hasta prácticamente el momento de su muerte. Conocemos a una niña que desde muy
pequeña supo lo que eran las dificultades reales de la vida, que comenzó a
aprender a modelar con cera mientras trabajaba de criada para un excéntrico
cirujano con el que más tarde fundaría el primer museo de cera, que ocupó un
papel bastante relevante durante la Revolución francesa y que incluso, durante
una temporada, estuvo trabajando como profesora de arte de la princesa Isabel
de Francia.
Durante todos estos años de vida, Marie se va encontrando
con un amplio elenco de personajes (algunos ficticios, pero muchos otros personalidades reales de la época) a cada cual
más extravagante y singular, todos interesantísimos y que aportan valor a la
historia en sí.
Aunque comenzamos la historia en Suiza, buena parte de la
trama está situada en Francia, en plena Revolución francesa. Me ha parecido muy
interesante poder ver las distintas fases de este hecho histórico desde «la
calle» misma, desde los ojos de una persona que estaba allí viviendo las idas y
venidas políticas, la destrucción y la miseria en la que se sumió París.
Little es un libro largo (tiene más de quinientas páginas),
pero en ningún momento se me ha hecho lento ni pesado. Más bien, todo lo
contrario. De hecho, ha sido uno de esos libros que me apetecía coger en cuanto
tenía el menor ratito libre, porque en todo momento tenía muchas ganas de
continuar leyendo. Además, los capítulos son cortitos, como a mí me gusta y
esto siempre me ayuda mucho a mantenerme enganchada. Me parece un gran mérito
por parte de Edward Carey haber
sabido mantener el interés durante todo el libro, aunque reconozcamos que buena
parte de culpa de esto lo tiene la narradora.
La historia está contada por la propia Marie (o Little) y ha resultado ser una narradora de lo más elocuente. Diría que es una narradora despreocupada, pero no en el mal sentido de la palabra, no con un significado de dejadez, sino en el sentido de libertad narrativa: como si ella tuviera claro que es su historia y que tiene derecho a contárnosla con sus palabras, según los recuerdos que conserva de cada momento y las impresiones que le dieron las personas con las que coincidió a lo largo de su vida, sin importarle lo que podamos pensar de ella o las sensaciones que sus descripciones nos vayan a provocar. En general es un personaje-narrador bastante cándido, sin ningún tipo de maldad, tan peculiar que resulta encantadora.
El texto viene acompañado con maravillosas ilustraciones en
blanco y negro, hechas por el propio Edward
Carey (o, bueno, perdón: hechas por la propia Marie).
Tanto el texto, por el modo en el que se describe a los
personajes y los escenarios, como las ilustraciones desprenden una cierta
reminiscencia de Tim Burton que a mí ya
me terminó de enamorar.
La edición de Blackie
Books es una joya en tapa dura, preciosísima.
Y poco más puedo decir ya, aparte de repetir que ha sido una
lectura fascinante, que me ha encantado y que se la recomiendo a cualquier
lector que tenga curiosidad por la trayectoria de Madame Tussaud, por los orígenes
de su famoso museo de Londres, por la historia de Europa… o, simplemente, a
cualquiera que quiera conocer la extraordinaria historia de esta pequeña mujer.
Es la segunda reseña que leo hoy y las dos muy positivas. Apuntadísimo tengo el libro ya.
ResponderEliminarBesotes!!!
¡Te va a gustar mucho!
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