«Me llamo Jana y tengo una misión: bailar sobre el lago a la luz de la luna. Os parecerá absurdo, pero es muy muy muy importante para mí. Se lo prometí a mi hermana Zya antes de que se muriera. Aunque va a ser difícil, porque sospecho que me vigilan. Y encima me han quedado dos, y tendría que estudiar. Ay, perdonad, siempre cuento las cosas desordenadas. Pero creedme: yo la vi bailar, de noche, sobre el agua. Quiero decir flotando, sin hundirse. Os hablaré de Zya, sí. Me lo contaba todo. Era una artista».
Desde que su hermana Zya murió, Jana está bastante perdida.
Zya era una artista y su obra más reconocida, la que la
llevó a la fama, fue una exposición de fotografía en la que la temática eran
una serie de expresiones intraducibles que en su idioma original tienen
significados muy específicos.
Y ahora que Zya no está, Jana no sólo tiene que lidiar con la
complicadísima promesa que le hizo, sino que además guarda una verdad en su
interior que la corroe y que no puede compartir con nadie.
Así que mientras busca el modo de cumplir su palabra sin
terminar explotando, Jana va conociéndose un poco mejor a sí misma,
descubriendo quién es y dándose cuenta de que está rodeada de personas que la
quieren.
Y es que a Jana la acompaña un pequeño elenco de personajes
bastante interesantes, a los que hay que ir conociendo a medida que avanza la
historia. Mi favorita ha sido la abuela
Lili, una ancianita llena de personalidad, que siempre se entera de todo y que
sabe un montón de historias que va contando cuando llega el momento adecuado.
Aunque Jana nos cuenta las cosas de un modo un tanto
desordenado, según se va acordando, la novela está estructurada de un modo muy
original, en el que cada capítulos se corresponde con una letra del abecedario.
Me ha fascinado la belleza con la que Ricard
Ruiz Garzón le da un papel protagonista a esas expresiones intraducibles y me he quedado con unas ganas tremendas de que
la exposición fotográfica de Zya existiese de verdad, porque me encantaría
verla. Ya solo las descripciones que hace el autor de las imágenes son muy
evocadoras.
Ambientada en el tiempo actual, los escenarios donde sucede
la historia desprenden un aura de misterio, hechizo y nostalgia, donde la
mitología, lo fantástico y la realidad se entremezclan, sin que exista una
frontera clara entre ellos.
Además, trata el tema del duelo y la necesidad de aceptarse
a uno mismo, sin querer imitar a nadie ni cumplir unas expectativas externas
que no nos hacen felices.
No la conocía. Y no me importaría leerla si se cruza en mi camino. Creo que me gustaría.
ResponderEliminarBesotes!!!