Lara solo tiene diecisiete años y un montón de problemas: debe dirigir la empresa que ha heredado de su padre, enfrentar la relación tóxica con su novio, superar sus miedos y sus dificultades para socializar… Entonces llega el primer mensaje: su padre, que está muerto, quiere saber cómo está. Y ese será el principio de un camino sin vuelta atrás.
Cuando el pitido del móvil suena en plena madrugada, Lara
piensa que solo será un mensaje más en el que alguien le da el pésame por la
muerte de su padre. Sin embargo, el texto es muy distinto: «¿Estás
ahí?». Pero, lo que convierte ese mensaje en verdaderamente
extraordinario es el remitente: su padre.
Lara tiene diecisiete años, se acaba de quedar huérfana y (voy
a ser clara) es rica. Vive en una urbanización de lujo y rodeada de más posesiones
de las que es capaz de contar. Pero esta riqueza también le acarrea un sinfín de
complicaciones.
Su padre era el dueño de una empresa de seguridad informática
y estaba bastante obsesionado con ese asunto. Y Lara no solo acaba de heredar
su fortuna y su empresa, sino también todas las inseguridades que le ha
acarreado estar toda su vida sobreprotegida por él.
Todo este contexto del pasado de nuestra protagonista lo vamos
descubriendo poco a poco a lo largo de la novela, casi al mismo tiempo que ella
misma se va percatando de cómo ha sido su vida en realidad hasta ese momento.
También la vemos reaccionar a todo esto y empezar a evolucionar, muy despacito,
a partir de la recepción de ese primer mensaje misterioso.
Y este será el tema central de la trama: ¿quién narices está
enviando esos mensajes y con qué objetivo? ¿Habrá conseguido el padre de Lara,
de algún modo, permanecer presente para seguir protegiendo a su hija a pesar de
haber fallecido?
Obviamente, en todo el libro tienen mucha importancia las tecnologías y, en ciertos momentos, me recordó a la atmósfera de
cualquier capítulo de Black Mirror.
Sin embargo, luego, de repente, toma un camino totalmente distinto, centrándose más en los motivos de los personajes y un poco menos en el misterio de los mensajes en sí.
Me ha gustado mucho el personaje de Adán, ese amigo que está
siempre ahí, pero que no duda es decirte las cosas como son aunque no sea lo que quieres oír. Es la perfecta contraposición a Nacho, el novio tóxico que Lara
tendrá que ser capaz de dejar atrás. Respecto a esto, debo avisar de que hay una
serie de escenas bastante duras.
Los capítulos son muy cortitos y la lectura se hace de un
modo muy ágil; me duró un par de días nada más. La intriga por saber qué está
pasando consigue que te enganches desde la primera página, literalmente.
Reconozco que leer esta novela me ha provocado una cierta nostalgia,
porque me ha recordado a los primeros contactos reales que tuve con el mundo de
la literatura, a esas primeras novelas juveniles que leí en el colegio porque
luego su autor venía a hablar con nosotros y yo flipaba tantísimo que era la
única que hacía una pregunta tras otra hasta terminar, probablemente, causando
pesadillas al escritor en cuestión. Desde aquí, aprovecho para pedir perdón a esos
autores a los que atormenté en el pasado preguntándoles cosas como «¿cuánto se
tarda en publicar un libro?».
¿Estás ahí? es un thriller juvenil muy ágil en el que nada es
lo que parece y en el que no puedes fiarte de nadie. Realmente me ha
sorprendido muchísimo porque no me esperaba PARA NADA lo que pasa. Cuando leí
la sinopsis, me imaginé un libro totalmente distinto, así que Jorge Gómez Soto me ha pillado
desprevenida. Y conseguir eso conmigo es muy complicado porque soy la reina de
los auto-spoilers.
No termina de llamarme pero me alegra que la hayas disfrutado.
ResponderEliminarBesotes!!!