Perder a alguien puede significar perdernos a nosotros mismos, dejar de buscar cualquier cosa porque todo se esconde en el dolor y es tan difícil salir de allí… Todo se ve tan oscuro... Tenemos tanto miedo que nos abrazamos a la tristeza como si esta pudiera ser nuestra única salvadora. Y nos equivocamos. Llevamos toda la vida cometiendo errores porque creemos que todos y cada uno de los días hay examen. Nos sentimos culpables por no haber podido hacer más cuando quizás deberíamos haber hecho otra cosa. Nunca se sabe. Nunca nadie sabe nada. Y por eso, seguimos sorprendiéndonos. Un día, de repente, estamos fuera de todo eso que hablamos al principio. Esa persona que amábamos sigue sin estar, pero nosotros hemos vuelto. Quizá con ayuda de alguien. Quizá estemos dispuestos a arriesgarnos de nuevo y correr el peligro de perder a otro a alguien. Quizá, entonces, nos queramos, el uno al otro y a nosotros mismos.
O eso piensa él, el protagonista de esta historia.
Nunca había leído prosa
poética y probablemente no es algo que hubiera hecho a corto plazo de no
ser por Henar de Andrés Miguelsanz. Reconozco
que tenía una idea bastante equivocada respecto a este tipo de obras y me
alegro muchísimo de haber dejado atrás los prejuicios, porque, honestamente, Mis
pensamientos, por tu silencio me ha gustado mucho.
En este libro nos encontramos con un protagonista sumido en
un proceso de duelo, agravado, además, por el sentimiento de culpa que le sigue
martirizando aunque haya pasado el tiempo. Este hombre está totalmente hundido
y, para tratar de salir a flote, le recomiendan que escriba.
Y a ello se pone.
A través de sus breves textos, conocemos sus más oscuras
reflexiones, sus temores, los remordimientos que le corroen, la desconfianza
hacia un futuro mejor… y vemos cómo evoluciona, cómo se va abriendo y
desarmando, presenciamos su caídas y las pequeñas chispas a las que se agarra
para intentar levantarse de nuevo y volver a amar. Estos textos son sinceros, desgarrados, están
cargados de ira y dolor, pero también de conciencia e incluso de crítica
social.
Como ya he mencionado al principio, Mis pensamientos, por tu silencio
está escrito en forma de prosa poética, por lo que, más allá de la
historia que nos cuenta, merece la pena recrearse en el texto en sí mismo. Henar de Andrés presta su pluma al
protagonista para tejer frases que atrapan, combinar palabras con distintos
niveles de fuerza, que acarician o golpean, y hacer pausas que permiten
respirar o que ahogan por pura anticipación, creando una historia embriagadora
a muchos niveles.
Mi pensamientos, por tu silencio ha sido una lectura para
paladear, para leer con calma, saboreando cada palabra y cada coma. Ha sido mi
primer acercamiento a la prosa poética y he quedado muy satisfecha con la
experiencia. Seguro que repito.
Pese a tu excelente reseña, no termina de llamarme este libro. Prefiero esta vez dejarlo pasar.
ResponderEliminarBesotes!!!
Lo he leído y opino lo mismo que tú. Es una obra impresionante, con mucho trabajo detrás. Una obra para leer despacio para deleitarnos.
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