Vicente Aleixandre, galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1977, es uno de los grandes nombres de la Generación del 27, en la que también destacan Jorge Guillén, Luis Cernuda, María Zambrano y los más populares, García Lorca y Miguel Hernández, con los que mantuvo una entrañable amistad. Diversos poetas dan testimonio de su gran calidad humana y de su labor como maestro. El documental destaca también el alto valor de su poemario, su apasionada vida y su empatía hacia los demás.
El documental de el poeta del corazón de Rafael Alcázar es una producción muy especial, pues no solo inmortaliza la figura del poeta Vicente Aleixandre, sino que también la acerca a todas esas personas que lo desconocían de una forma sencilla, pero profundamente emotiva.
Siendo uno de mis géneros cinéfilos favoritos, este documental ha sido como abrir una ventana al pasado en el presente. Los testimonios tan vividos de los que conocieron al gran poeta y esta increíble persona, son un soplo de aire fresco, pues comprendemos con mayor claridad la importancia de su figura.
Veo a Vicente Aleixandre con otros ojos y siento mucha más admiración por él que antes. Siento una enorme tristeza al ver cómo las nuevas generaciones le han ido olvidando y solo se acercan a él y a su poesía por la obligación de estudiar para el examen y que no sientan más curiosidad que esa.
Si se acercasen al documental les lograría transmitir la pasión y belleza de su obra.
Esta gran figura de la generación del 27 y ganador del Premio Nobel no tuvo una vida fácil. De hecho, me sorprendió conocer la forma en la que empieza a leer y, posteriormente, a escribir poesía.
Cuando me he topado con alguna fotografía de Vicente Aleixandre, sentía que sonreía y, al mismo tiempo, estaba triste por todas esas ausencias que le empezaron a pesar durante y tras la guerra civil española.
Me resulta impresionante la forma en la que pudo unir a la generación del 27, una generación irrepetible y carismática. Pero, sobre todo, lo que más llama la atención fue la gran generosidad que tuvo a lo largo de su vida con los que se acercaban a él.
Creo que sus grandes amores le anclaron a la vida y los desamores que tuvo fueron heridas, que curaba escribiendo, que curaba escuchando a otras personas en su jardín de Velintonia.
Hablando de Velintonia, la cual, está actualmente en ruinas y ojalá se dignen a restaurar y recuperarla. Pues tras ver esta producción, he entendido la importancia que tuvo en la vida de Vicente, pero también, en el refugio que fue para muchas personas, no solo poéticamente, sino para quienes buscasen un refugio o un lugar seguro.
He pasado frente a esa verja verde en muchas ocasiones, pero hasta que no he visto el poeta del corazón he dejado de imaginarme ese interior y me he introducido en el cascarón de este gran lugar.
Rafael Alcázar nos ha hecho un gran regalo. Gracias a él, he redescubierto nombres de poetas y escritores que desconocía o que, si alguna vez escuche mencionar, se borraron de mi mente. Siento una gran curiosidad por su obra.
También, gracias a Rafael, he sabido del apoyo que Vicente Aleixandre brindó siempre a las mujeres en distintos ámbitos culturales y estoy completamente segura de que si viviese en estos tiempos tan convulsos sería una voz fuerte, poderosa y nos seguiría apoyando.
Este documental es esencial para redescubrir la figura de Vicente y que no caiga en el olvido. Lo pondría como obligatorio en los colegios e institutos.
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