En GLOBOMANÍA, una sociedad secreta de fabricantes de globos aerostáticos gigantes de las favelas brasileñas lo arriesga todo para crear y hacer volar sus obras maestras ilegales.
Estos jinetes del cielo no solo hacen volar sus globos, sino que junto a ellos dan forma a sus más profundos sueños, ilusiones y temores. Es una increíble forma artística que permite soñar mirando hacia arriba y mirando al infinito.
Aunque, al caer estos globos, al quemarse antes de partir o al negarles el vuelo, hace que los golpes sean duros y caigan como una losa para todos los miembros de la banda.
Sissel Morell Dargis nos zambulle en el extraordinario mundo de los “baloeiros” y lo hace de una manera fascinante, ya que nos hace sentirnos como uno más de sus miembros y sientes una gran curiosidad por estas personas y sus motivaciones.
Con una narración envolvente, sincera y con el corazón en la mano, Sissel empatiza profundamente con estas sociedades secretas y se hace respetar en un mundo mayoritariamente de hombres, dando forma no solo a historias hipnóticas sobre globos enormes en el cielo, sino también con impactantes historias de la vida terrenal.
Este documental me impactó tanto que llamé a uno de mis mejores amigos (de Brasil) y estuvimos hablando sobre esta tradición.
No estoy de acuerdo con las multas y penas de cárcel que se les han impuesto, así como la presión que la justicia y la policía hace sobre vecinos y amigos. Ante la necesidad, muchos venderían hasta a su mejor amigo, pero es admirable la manera en la que se cuidan y se admiran unos y otros.
Aunque haya cierta rivalidad de qué globo es el más grande o cuál es el más bonito. Hay que darles valor a todo su trabajo.
Es una forma de expresión bella en medio de un país inseguro y con una violencia "in crecendo".
Entiendo que hay que mirar por la seguridad de las personas y de algunas casas. Pero, el sentimiento de comunidad y de unión en torno a esta grande o pequeña forma es impactante.
Por otra parte, si ayuda a tanta gente a olvidarse de los problemas de un país loco, deberían de darles alas.
Me parece una metáfora bellísima la acción que realiza cierta banda de “baloeiros”. Reparar y volver a lanzar al aire los globos que cayeron y están rotos, pienso que simboliza la esperanza y resiliencia de este país ante todo lo malo que les sucede.
Balomania (Globomanía) en esta danza de gigantes nos invita a mirar al cielo y dejar las pantallas del móvil por unos momentos.
La narración es muy ágil y Sissel Morell Dargis nos contagia con esta historia que da vértigo, pero es asombrosa.
Todos los testimonios en este documental son esenciales e importantes y aportan frescura y locura a la narración, Sin embargo, conocer la noticia que aquel que más apoyó y confió en Sissel no haya podido ver la película acabada es muy triste.
Era de esas personas que te transmitía luz y pasión.
Sin ser un thriller Balomania (Globomanía) tiene momentos de una gran tensión y de grandes nervios que atraviesan la pantalla.
Sissel Morell Dargis no solo es una narradora maravillosa que hará perdurar esta tradición por años gracias a este documental. Sino que el montaje de esta producción es de lo mejor que he visto hace tiempo, pues sabe darnos dosis justas de todo.
Este documental no es un thriller, pero Balomania (Globomanía) con una narrativa impecable genera una tensión palpable en algunos instantes.
La directora ha realizado un montaje final perfecto uniendo emoción y tensión.
Sissel Morell Dargis es como Sherezade empieza la historia y engancha al espectador. También, como una vieja trovadora de historias, va a garantizar con este documental que esta tradición sea inmortal y no se olvide.
De mis documentales favoritos. Imprescindible.
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