Alegre y olé de Clara Santaolaya: Running wild and running free

Lena y Carmen están ingresadas en un centro de salud mental. A pesar de su diferencia de edad, estas dos mujeres desarrollarán una relación muy especial y, en cierta media, especular. Así, a través de la empatía, el cariño y la falta de juicios, ambas lograrán superar sus propias culpas y miedos y plantar la primera semilla de su recuperación.

Alegré y olé es un cortometraje que da la vida verlo. Es tan sencillo, y al mismo tiempo tan honesto y tan tierno, que se me ha hecho breve.

En esta historia la diferencia de edad es un mero dato y no es un impedimento para que surja una increíble relación de amistad entre sus dos protagonistas.

Entre calada y calada van exorcizando sus demonios; entre vídeo y vídeo se miran con menos dureza y se van reconstruyendo.

El corazón y alma de esta producción son Mireia Oriol y Luisa Gavasa que con sus maravillosas actuaciones y su naturalidad nos regalan momentos entrañables.

Lena y Carmen, en su mochila emocional y en su silencio, encierran oscuras historias personales.

Sin tener prisa y lentamente, se dan tiempo sin forzarse a hablar del motivo por el que están en este lugar.

Es precioso ver como van desnudando su alma cuando están preparadas y como florecen juntas y unidas.

Cada una crea su nuevo espacio personal en el que empezarán a brillar y sanarán esas heridas.

El final con Lena y Carmen me pareció precioso y me dejó con el corazón tierno. Me gustaría saber cómo los pasos tan grandes que ha dado Lena y cómo seguirá con su vida.

También, me encantaría conocer si la relación que tiene con su familia cambiará o necesita más tiempo para curar esas heridas.

Y, es que las familias de Lena y Carmen están presentes en la trama y son pilares importantes para ambas, pero cada una con una visión distinta.

La sencillez del guion de Clara Santaolaya es su mayor fortaleza, permitiendo que el espectador se centre en lo esencial y en las emociones de cada momento.

Sin dejar de lado la banda sonora, que se escucha en los momentos clave y quiero destacar. Son canciones con unas letras que se entrelazan con la trama y son el complemento perfecto para “Alegre y olé”.

Este corto nos invita a reflexionar sobre lo importantes que son las relaciones humanas y como estas pueden ayudarnos a superar los peores momentos.

Una película que nos invita a saber escuchar, a ser empáticos y también nos recuerda lo cruciales que son las amistades sin importar edad o género.