Cuando yo tenía
unos diez u once años, nos empezó a llegar desde Inglaterra la música (e
imagen) de cinco chicas que se hacían llamar «las chicas picantes» y que nos
revolucionaron la vida. Mi nivel de inglés era lamentable, así que no entendía ni
patata de lo que decían las letras y además, como no había internet, todo lo
que sabía de ellas (y lo sabía TODO, porque las conocía mucho mejor incluso que
a mis mejores amigas), lo aprendía a través de los extensos artículos
informativos de la SuperPop, que incluían datos tan relevantes como sus colores
preferidos (por eso mi cepillo de dientes siempre era rojo) o sus signos del
zodiaco. No sé cómo sucedió, pero, en menos que canta un gallo, estábamos en
los recreos cargadas con un radiocasete ensayando las coreografías con nuestras
diademas, colgantes, calcetines, etc. de las Spice puestos. Hasta que las
monjas se hartaron y nos prohibieron todo lo que tuviera que ver con el grupo.
Y entonces trasladé los bailes a los fines de semana con mis amigas del pueblo,
donde pude, por fin, asumir el papel de Mel C. que siempre fue mi preferida (en
el cole me tuve que conformar con Mel B. que, dado mi tono de piel fantasmal,
no sé en qué se basaron para endiñármela, pero en fin…).
Yo era muy
pequeña por entonces. Y además eran los noventa, nada que ver con cómo se vive
el fenómeno fan ahora. Así que nunca jamás me dejaron ir a un concierto ni nada
parecido. Pero este domingo pasado me resarcí un poco, porque estuve en Madrid
con las Spice Girls y tengo una foto que lo demuestra:
Los envidiosos dirán que es Photoshop
o que no son las verdaderas, pero ¡a quién le importa!
El domingo 17 de febrero tuvo lugar la
última función en Madrid (por ahora) del Spice
World Madrid Show. ¿Y esto qué es? Pues según Javier Fernández del Amo y Virginia
Rodríguez, directores y productores del espectáculo, es «una novedosa
manera de ver cine y ver teatro a la vez». Yo no sé cómo lo definiría, la
verdad, pero lo que sí puedo afirmar con total convencimiento es que disfruté
muchísimo, muchísimo, muchísimo. Me reí un montón, bailé (increíblemente todavía
me acuerdo de las coreos, creo que fue lo mejor que aprendí en el colegio),
canté, grité… y yo que sé qué más.
Durante el show,
se proyecta la «extraordinaria» película Spice World The Movie. Los que la
hayáis visto estaréis de acuerdo conmigo en que es una obra de arte sin precedentes.
Ni siquiera sabría etiquetarla dentro de un género porque tiene de todo:
ciencia ficción, drama, terror, introspección de los personajes, acción,
tensión, música… y unos efectos especiales increíbles. Y comedia. Muuuucha
comedia. Si no la habéis visto no sé cómo podéis estar viviendo tan tranquilos
sabiendo que os estáis perdiendo una joya de la cinematografía mundial. Ejem.
Bueno, eso, que
mientras se proyecta esta maravilla, sobre el escenario están nuestras Spice
Girls de carne y hueso: Mel C (Esmeralda
Pérez Martín), Emma (Laura Crespo),
Mel B (Nur S. Díez), Geri (Lourdes Martínez) y Victoria (Andrés Montoya). Coreografiadas por Fernando Castro, las cinco chicas
picantes dan vida a las actuaciones musicales de los temas más emblemáticos y son
maravillosas porque, no solo calcan los pasos de baile y los vestuarios, sino también
los gestos tan característicos que identificaban a cada una de las Spice.
Y con el público
como una parte más de esta fantasía, claro, que al Spice World Madrid Show se
va a darlo todo, con el nombre de tu Spice preferida pintado en la cara
incluido.
¡Fue una locura!
Y de verdad que me lo pasé en grande. Hacía muchísimo tiempo que no me divertía
tanto.
Os dejo por aquí
su web y sus redes sociales para que estéis atentos a las nuevas fechas que irán
anunciando porque, si tenéis oportunidad, os recomiendo que no os lo perdáis:
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