¿Cómo aprender a vivir mientras esperas el día en que has decidido morir? Ellery lo tiene todo listo. Ha comprado una pistola. Ha preparado su propio entierro. Ha elegido el día y la hora. Lo único que le falta es morir. Pero al apretar el gatillo, algo falla. Ellery no está muerta, por mucho que lo desee. En un segundo todos sus planes se desvanecen, y lo único que le queda es un arma defectuosa y veintiocho días por delante: los que quedan hasta el 31 de octubre, la fecha en que volverá a intentar suicidarse. La intención de Ellery es pasar sus últimos días lo más inadvertida posible y que su muerte no moleste a nadie. Pero Colter Sawyer, quien lleva tiempo observándola, ve en ella algo que le resulta familiar, y no tardará en unir las piezas y dar con su secreto. Veintiocho oportunidades para seguir con vida, para retomar viejas amistades, para enamorarse. Veintiocho oportunidades para aprender a olvidar.
En cuanto leí la sinopsis de este
libro supe que era de esos que me encantan. No sé por qué, pero tengo debilidad
por las novelas narradas por personajes jóvenes que sufren y que a lo largo de
las páginas aprenden que la vida puede ser bastante mejor de lo que creen. Me
parece muy complicado meterse en la piel de un niño o adolescente para hablar
de temas tan serios como el suicidio o los trastornos mentales, pero Erica M. Chapman lo ha sabido hacer muy
bien.
Enséñame a olvidar nos
cuenta la historia de Ellery, una chica de diecisiete años que quiere morir
para dejar de sentir el dolor de la culpabilidad por lo que pasó con su hermana
pequeña. Tiene todo planeado para suicidarse, pero hay algo que se le había
escapado. No contaba con hacer una amiga, no contaba con reencontrarse con su
pasado a través de un viejo amigo de la infancia y, por supuesto, no contaba con
Colter, un chico que le robará el corazón y hará todo lo posible por evitar que
deje de latir.
El libro está estructurado a modo
de cuenta atrás: la de los veintiocho días que le quedan a Ellery para aprender
a vivir de nuevo. Según avanzamos en la lectura, nos vamos acercando a la fecha
límite en la que todo acabará o volverá a empezar.
Es Ellery quien nos va contando
su historia en primera persona, con una narración sencilla y ágil que hace que
las páginas vuelen. A través de sus palabras vamos conociendo lo que hay en su
cabeza, lo que sucedió en el pasado y lo que tiene planeado que ocurra en el
futuro. Ellery es una chica que está sufriendo y que se refugia detrás de un
afilado humor negro. Siempre tiene respuestas para todo, excepto cuando lo que
le preguntan es algo que remueve todo su interior.
Todos los personajes que aparecen
en la novela tienen un determinado peso en la historia. Cada uno, en cierta
medida y la mayoría de forma inconsciente, inclina la balanza de Ellery hacia el lado de la vida o de la muerte.
No hay ninguno que pase por allí por casualidad.
Cuenta Chapman que escribió este
libro para entender el motivo que llevó a su padre a suicidarse cuando ella
solo tenía dieciséis años. Quizá por eso, ha sabido cómo plasmar el
batiburrillo de sentimientos que atormentan a Ellery cuando incluso los que
deberían ser bonitos, como el amor, duelen terriblemente.
La única pega que le tengo que
poner al libro es que me ha dado la sensación de ir caminando de puntillas por
encima de la historia. Todo pasa demasiado rápido, sin darte casi tiempo a
sentirlo del todo. Y aunque cuando terminas de leer entiendes bien lo que ha
sucedido, he echado en falta sumergirme un poco más entre los personajes, sus
relaciones y sus sentimientos.
Por lo demás, maravilloso y
totalmente recomendable. Espero poder seguir leyendo cosas de esta autora en el
futuro.
No termina de llamarme esta vez y con tanto por leer, prefiero dejarlo pasar.
ResponderEliminarBesotes!!!