Off de Marcos Fernández Alonso

Off es una obra que trata muy bien las relaciones sociales entre sus personajes en situaciones rocambolescas pero plausibles que consigue llevar la obra a situaciones perfectamente reales. Se trata de una obra que fluye con naturalidad a lo largo de la trama principal con un ritmo ágil, fresco y ameno que consigue entretener, emocionar y hasta provocar numerosas carcajadas al espectador. Si habéis visto la película ¡Qué ruina de función! observaréis que esta función tiene ciertos parecidos con el genial film protagonizado por Michael Caine, lo cual para mí, se trata de un verdadero acierto, porque además la obra cuenta con originalidad propia suficiente como para poder gozar de un sello propio… único. El argumento es el siguiente: 

Daniel (Antonio Romero), es un profesor que sufre su particular calvario en su día a día trabajando en algo que no le hace feliz porque no le gusta, y no es para menos, porque ser profesor en una escuela con alumnos tan conflictivos no es tarea sencilla ni plato de buen gusto para nadie. Si además de eso, sumamos la frustración que Daniel siente al no disfrutar de su verdadera pasión, el resultado es que nos encontramos con un personaje con una serie de problemas personales que le van a caracterizar de una forma especial durante el desarrollo de la obra. -En ocasiones el personaje puede recordarnos en algunos detalles al mismísimo Woody Allen- Pero sigamos… la verdadera pasión de Daniel, que no lo he dicho, es la de conseguir ser un reconocido actor de prestigio; algo que todavía no ha logrado pero que su mujer, Carmen (Mónica Caballero) sí ha conseguido alcanzar, de hecho ella se encuentra en Londres protagonizando el rodaje de una exitosa película mientras el bueno de Daniel permanece corrigiendo exámenes y soportando los constantes desprecios de su especialmente impertinente alumnado. Aunque parece que a Daniel, el éxito del que goza su mujer no le perjudica ni le afecta negativamente, después veremos que a lo largo del desarrollo de la historia, quizás esa percepción no sea del todo acertada; siendo entonces cuando Daniel comienza a experimentar un proceso de transformación, reinventándose como actor mientras camina por una senda llena de intrépidas aventuras con desternillantes sucesos en los que protagonizará un auténtico resurgir dentro de su propio ser tanto artístico como personal. Daniel se introduce como actor sustituto en una delirante función teatral que se representa en una modesta y pequeña sala alternativa llamada off, es ahí donde el desarrollo de la función comienza a fluir… 

Una verdadera delicia para el espectador que disfrutará desde su butaca de un singular proceso de crecimiento del personaje que protagoniza Antonio Romero. La interpretación actoral, no solo de Antonio sino de todos los actores (Nagore Germes Alfaro, María Segalerva y Marcos Alonso) es francamente buena realizando una labor encomiable para el buen funcionamiento de la obra y rayando a gran altura para deleite del público. Incluso podremos disfrutar de algunos bellos versos de Calderón de la Barca… no todo es reír en esta obra sino también emocionarse e incluso reflexionar.