Helen pasa sus noches en una fábrica de pollos de Gales y sus días cuidando a su moribunda madre, en la misma casa que vive su exmarido. Su mundo dará un giro inesperado con la aparición de un antiguo amor no declarado, Joanne. Ambas retomarán sentimientos de la adolescencia enfrentando un doloroso presente, ¿podrán romper sus barreras y permitir que el amor gane?
Una historia conmovedora y tierna en la que los preciosos paisajes del pueblo en el que sucede la narración, chocan con la estrechez de mente de sus habitantes.
El personaje de Helen (Louise Brealey) me ha conmovido y creo que será una inspiración para muchas mujeres que están atrapadas y viven a la sombra de otras personas.
Me encanta la sororidad que existe entre las mujeres de la vida de Helen. Un vínculo precioso, más allá de todas las diferencias y discrepancias entre ellas, pero me emociono la manera en la que la arropan en los buenos y en los momentos más oscuros.
La llegada de Joanne (Annabel Scholey) sucede como si fuese una serendipia y es la luz que Helen necesitaba, pero es su mayor desafío para salir de su jaula y echar a volar.
Los personajes masculinos de la trama son retratados como personas sin sentimientos, sin empatía y egocéntricas, lo que hizo darme cuenta de lo que no quiero en mi vida ¡Jamás!
Nunca llegué a pensar que en una fábrica de pollos y en un ambiente tan rutinario pudiese haber momentos divertidos, llenos de vida y emocionantes.
Es el lugar en el que todas podían ser un poco libres, incluso dentro de su las repetitivas tareas.
Aquí empiezan las locuras más grandes de estas mujeres imperfectas pero con tanta alma.
Chuck Chuck Baby no es un musical tradicional. Las canciones no son el eje central de la trama, pero son el complemento perfecto para cuando no salen las palabras.
¡Me encanta la selección musical de esta producción! Las canciones no duran mucho y son breves, con letras que te calientan el corazón.
Janis Pugh nos regala una producción visceral acompañada de un torbellino de emociones.
Hablando de la parte emocional, Sorcha Cusack (Gwen) me ha cautivado con su actuación. Creo que aporta a la historia un toque de sensatez y calidez a las partes más crudas y duras.
Adoro que la historia entre Joanne y Helen se cueza a fuego lento, creando instantes de intimidad sensuales y cautivadores.
Es fascinante como un anodino patio de una típica casa inglesa sea el lugar elegido para crear una ambientación mágica.
Las casas de Joanne y Helen ejercen de prisiones asfixiantes, donde los recuerdos aparecen como una daga que se cierne sobre ellas y el pasado es un fantasma que quieren olvidar.
Es una película que te lleva a un viaje emocionante y emocional, sin darte un respiro.
La profesión de Jo es muy peculiar: una metáfora perfecta de su personalidad eléctrica y electrizante. Es importante esto, ya que al estar subido en lo más alto y ver las cosas desde allí puede cambiar la perspectiva de las cosas.
Chuck Chuck Baby de Janis Pugh es una cura para el alma y el corazón. Quiero pensar que será un rayo de luz para las personas que se sientan perdidas. Es un refugio perfecto.
Gracias al Festival de Cine por Mujeres por haber seleccionado esta película para inaugurar su edición de este año.
¡Imprescindible!
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