Parece que el corazón se le va a salir del pecho. Ahí, sola frente al tapiz, Adelina sabe que se lo juega todo en los siguientes minutos. Tiene que demostrarse a sí misma y a los demás que su carrera como gimnasta no ha terminado aún. Siente un pinchazo y por un momento tiene miedo. Respira hondo y se concentra en controlar los nervios. Ha llegado el momento de enseñar a todo el mundo lo que es capaz de hacer en el tapiz…ADELINA FOMINYKH empezó a practicas gimnasia rítmica a los 3 años. En 2012 compitió en la Aeon Cup de Tokio y fue titular de la Selección Española en 2014.
Quiero empezar esta reseña con una confesión a modo de prólogo: me esperaba otra cosa totalmente distinta de este libro. Me imaginaba que iba a descubrir los entresijos del mundo de la gimnasia rítmica, la cara menos visible de este deporte, la realidad de los gimnastas cuando no están compitiendo sobre el tapiz... vamos, la experiencia de Adelina Fominykh contada en modo novela. Pero, en cuanto empecé a leer, me di cuenta de que quizá sí iba a encontrar un poquito de eso, aunque no del modo que yo quería. Así que tenía dos opciones: lamentarme y arrastrarme por las páginas hasta acabarlo o cambiar el chip y dejarme llevar por la lectura. Hice lo segundo y al final disfruté bastante de la novela. ¡Cuánto influye a veces la actitud!
Bueno, no me enrollo más:
Volar entre cintas de colores es una novela cortita, indicada
para lectores a partir de nueve años, que se centra en la llegada de Adelina a
un nuevo club de gimnasia, el recibimiento y la relación que se va estableciendo
con sus nuevas compañeras, los entrenamientos, algunos momentos difíciles y la
superación de ellos para seguir trabajando por conseguir sus objetivos.
Me ha gustado especialmente el modo en el que se destaca el poder de la amistad y del trabajo en equipo, tanto enfocados en el deporte en sí, como fuera del pabellón, en sus vidas de niñas normales que tienen que llevar al día sus estudios, lidiar con los nuevos sentimientos que se van despertando en ellas y sacar tiempo para divertirse.
Además, también nos muestra lo importante que resulta para la protagonista el apoyo incondicional de su familia y sus entrenadoras, lo fundamental de tener a alguien que crea en ti por encima de todo.
El estilo es muy sencillo e incluye algunos términos propios
del lenguaje que se maneja en redes sociales como TikTok o Instagram. No hay que olvidar que,
actualmente, Adelina Fominykh es una
Tiktoker en toda
regla, así que sabe lo que hace y conoce de sobra al público al que se dirige.
La edición de Martínez Roca acompaña perfectamente a la
trama y al estilo de narración. Impreso en tinta roja y con una maquetación
llena de detalles, hace que el libro sea muy atractivo ya a primera vista.
En las últimas páginas encontramos una nota de Fominykh en la que explica
que, aunque la historia es ficción, sí que contiene muchos detalles
autobiográficos y que, desde luego, está totalmente influida por su propia
experiencia como gimnasta profesional.
Así que, al final, Volar entre cintas de colores ha sido una lectura ágil y entretenida que recomiendo para lectores preadolescentes a los que les gusten los deportes, las redes sociales y las historias fresquitas donde destaca el valor de la amistad.
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